La responsabilidad es de Chávez
Ronal F. Rodríguez
Vocero e investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario
Algunos sectores suelen afirmar que de estar vivo Hugo Chávez la historia de Venezuela sería diferente, y no tardan en endosar a Nicolás Maduro la responsabilidad del fracaso de la Revolución Bolivariana.
Venezuela ha perdido, aproximadamente, el 25,4 % de su población en los últimos años, más de 7.177.885 de sus ciudadanos se han visto forzados a salir por la emergencia humanitaria, a los que hay que sumar más de 980.000 colombianos que habían hecho del país vecino su hogar, según datos de la plataforma multiagencial R4V, que hace seguimiento al fenómeno migratorio venezolano.
Ningún país de la región ha sufrido una transformación demográfica como la venezolana en la última década; para 2014, en Colombia residían unos 23.573 ciudadanos venezolanos, para octubre del 2022 la población migrante llegó a las 2.894.593 personas, el 40,3 % de la diáspora en el mundo hoy se encuentra en Colombia. La mayoría busca dos cosas en nuestro país: servicios de salud y educación.
La Revolución Bolivariana de Hugo Chávez impulsó un modelo de salud sustentado en la atención primaria, en el marco de la denominada Misión Barrio Adentro, un modelo en el que médicos cubanos se mudaban a las comunidades y atendían todas las necesidades de primer nivel de la población. Una política social de choque que fue admirada por organismos multilaterales por los rápidos resultados que arrojó. Bajo ese mismo modelo soportado en los cubanos fueron abarcando la medicina de segundo y tercer nivel.
Pero la estructura de atención en salud que administrativamente funcionaba de forma paralela al sistema estatal, que se fue desfinanciando, pronto colapso por la corrupción y la baja preparación de los médicos cubanos y venezolanos. Hoy, Venezuela no entrega datos de salud, la última funcionaria que se atrevió a hacerlo fue despedida inmediatamente, no hay reporte epidemiológico, no hay cifras o datos sobre el estado de salud de los venezolanos.
En materia educativa sucedió algo similar, la estructura de las famosas misiones sociales promovidas por Hugo Chávez, o Misiones Bolivarianas como también se les conoció, socavaron el sistema educativo. Las diferentes misiones: Robinson, Sucre, Ribas, Vuelvan caras o Che Guevara se quedaron con parte importante del presupuesto del Estado para la educación y, a pesar de dar resultados tempranos, como que Venezuela fuera declarado país libre de analfabetismo por Naciones Unidas en 2006, al final la estructura paralela, carente de los controles del Estado, colapsó la educación. Lo que explica por qué una parte importante de la diáspora de venezolanos son niños, niñas y adolescentes buscando una mejor educación.
La política social sustentada en las misiones empezó a colapsar cuando Chávez aún estaba vivo, la forma arbitraria y discrecional de diseñar y ejecutar política pública fue restando el apoyo electoral del que gozaba el carismático líder de la revolución; de hecho, su última campaña presidencial se sustentó en un gasto público desmedido, que se convirtió en la principal causa de la crisis económica declarada por Nicolás Maduro, en 2014, después de la muerte del caudillo. Un modelo en el cual los recursos públicos se despilfarraron para sustentar el proyecto político y la imagen del líder carismático.
El legado de Chávez fue la administración azarosa de los recursos del Estado y la instrumentalización de la institucionalidad para imponer su proyecto político, lo cual fue continuado por Nicolás Maduro, su heredero político. La crisis venezolana persiste a pesar de la tímida recuperación económica del 2021 y 2022, así lo demuestran los datos de la diáspora, que para el caso colombiano pasó de los 1.742.927 migrantes, en enero del 2021, a los 2.894.593 para octubre del 2022, un crecimiento del 60,2 %.
Venezuela perdió la capacidad de proveer de salud y educación a sus ciudadanos, dos temas que en materia de cobertura y servicio básicos reportaban buenos resultados a finales del siglo XX, antes de la llegada de la Revolución Bolivariana. El chavismo de Chávez, pero también de Maduro, cambió a Venezuela.
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