Soluciones caseras… y más
Antonio Vélez
En momentos de ociosidad, a la gente se le ocurren ideas que nos parecen magníficas, tal vez por exceso de optimismo. Pero, ¿qué importa si las comentamos?
¿Tiene problemas con las hormigas? Pues bien, ellas odian el pepino cohombro, así que basta poner cáscaras de pepino por donde caminan cerca del hormiguero.
¿Quiere obtener hielo puro y limpio? Basta que hierva el agua antes de congelarla.
¿Tiene un pedazo de chicle pegado en su ropa? Ponga la prenda en el congelador de su nevera durante una hora y verá lo fácil que resulta desprender el pegote.
¿Desea “blanquear” su ropa blanca? Recuerde que basta remojarla durante 10 minutos en agua caliente, pero agua que usted debe preparar, hirviéndola con una rodaja de limón.
¿Le gusta que su pelo aparezca brillante? Lávelo en agua a la cual le ha añadido una cucharada de vinagre.
Si está cocinando coles y el ambiente huele mal, entonces ponga una rodaja de pan en el recipiente de la cocción.
¿Desea que el espejo de su tocador brille? Límpielo con alcohol y verá de inmediato el resultado.
Todos deseamos extraer la máxima cantidad de jugo de limón, así que, antes de partirlos y exprimirlos, debemos remojarlos previamente en agua caliente durante una hora. Se requiere paciencia, pero se justifica, si la cantidad de limones es apreciable.
Si tiene que picar cebollas y los ojos le lloran, entonces mastique un chicle durante el proceso.
A veces estamos de afán y las papas del almuerzo no se han puesto a cocinar para luego pelarlas. No se preocupe: remójelas en agua fría inmediatamente después de la ebullición y presenciará un milagro: las pieles se desprenden fácilmente.
¿Se le ha manchado con tinta la camisa? Ponga un poco de pasta de dientes sobre la parte manchada, déjela secar y luego lave la prenda.
Si hay ratas que salen por las noches buscando comida en su despensa, entonces espolvoree pimienta en los lugares por donde transitan esos odiados roedores. Y no los volverá a ver.
Muchos tendederos de ropa están formados por un alambre de acero bien tenso. Si en lugar de un alambre fueran dos, paralelos y separados unos 20 centímetros, el secado ocurrirá muchísimo más pronto.
Los cordones de zapatos redondos se aflojan solos, pero si son planos, no. Haga el cambio.
En los automóviles, la luz interior alumbra muy poco, y no se conoce la razón de tal economía, ya que la bombilla se usa muy poco.
En las notarías, algunas tarifas son absurdas, terminan en centavos. No entendemos el porqué de tanta economía, que obliga a manejar cuentas incómodas y a devolver menuda (o no devolver para bien del funcionario de turno).
El teclado actual de los computadores es absurdo, o mejor, es “abzurdo”, para zurdos. Por ejemplo: la Q debería llevar la U al escribirla (teclados para el español). Qatar aparecería como Quatar, pero no importa, borramos la U a posteriori. La A es la segunda letra en frecuencia en el español, y es accionada por el meñique izquierdo, y la E, la más frecuente, está fuera de la fila principal y es accionada por el anular izquierdo, otro “abzurdo” de diseño. La U es la vocal menos frecuente, pero está en el centro del teclado y tiene al poderoso índice de la mano derecha encargado de su escritura, un derroche. La S está en todos los plurales, pero se la encargamos al anular izquierdo, muy torpe en el 90 % de los humanos. Y hay más defectos.
Podrían objetar que ya existen millones de personas que dominan el teclado actual. No importa: el comprador sin experiencia en el manejo del teclado podría escoger el computador con el teclado a su gusto, dado que este viene aparte del conjunto.
El calendario es incómodo. Todos los meses podrían ser de la misma longitud y comenzar el mismo día de la semana. El desajuste de 5 días (6 en los bisiestos) se ajustaría al final del año, en vacaciones, con 5 o 6 días especiales. Pero, ¿quién convence al mundo entero?
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