Lógica y narración, perrateniente y gatólico

Fernando Ávila

Fundación Redacción

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Syllogismus cornutus, en latín, es lo que en español se llama sofisma, y un sofisma no es otra cosa que un silogismo incorrecto, un silogismo en el que la conclusión es equivocada porque alguna de las premisas es falsa. En la redacción jurídica se acude con frecuencia al clásico silogismo, premisa mayor, la ley; premisa menor, el hecho; conclusión, el dictamen. Si falla el proceso mental, falla el dictamen.

Lógica

Por eso, la primera condición para escribir, de que habla Carlos Arturo Cano Jaramillo en su libro Argumentación e interpretación, oralidad y escritura, es el conocimiento de la lógica. Habla de la necesidad de “pensar con lógica”. No todo pensamiento es lógico, y eso se advierte cada vez con más evidencia. Antiguamente había cierta uniformidad en los procesos de pensamiento. Hoy, así como hay divergencias en la sexualidad, en la moda y en las expresiones artísticas e intelectuales, las hay también en las estructuras mentales, en las conexiones.

Cada uno tiene su manera de matar pulgas, pero justamente por eso es necesario rescatar esa disciplina filosófica y lingüística que es la lógica. Así como el guionista de cine parte de la Poética de Aristóteles, y el médico estudia las prácticas de sanación de Galeno, quien escribe también debe conocer las bases de esta ciencia y arte de la expresión, para enraizar en ellas su propio pensamiento y su propio estilo.

En ninguna ciencia, en ningún arte, se parte de cero, por genial que sea el científico, por talentoso que sea el artista.

Narración

Cano Jaramillo destaca la importancia de la narración: “Los abogados, cualquiera que sea su rol, litigante o servidor público, narran los hechos”. Aquí el abogado se acerca al mundo de la creación literaria, entendida no como ficción, sino como técnica para recrear la realidad. La novela es narrativa ficcional, pero sus técnicas son aplicables a la historia real, a los hechos puros y duros.

Toda la contundencia de un argumento jurídico bien construido, con la lógica y la juridicidad indispensables, requiere ser presentada con buena ortografía, entendida en su más amplio sentido, que es ‘correcta escritura’, lo que hoy va más allá de marcar bien tildes y comas, pues se extiende a la edición del texto, que incluye uso apropiado de cursiva, negrilla, versalita, subrayado, mayúsculas y minúsculas.

Palabra

Cano destaca el poder generativo de la palabra, “El lenguaje no se limita simplemente a representar el mundo. El lenguaje es generativo, porque cuando pronunciamos determinados enunciados realizamos acciones, creamos nuevas realidades. Al hablar y al escribir producimos actos lingüísticos o actos sociales”. Este pensamiento de Cano Jaramillo evoca a san Juan cuando escribe “En el principio era la Palabra, y la Palabra era Dios”.

El libro Argumentación e interpretación, oralidad y escritura está ya a la venta en librerías.

Lleno

Pregunta: ¿“Sin el lleno de los requisitos” o “sin llenar los requisitos”?, Ignacio Vélez-Pareja.

Respuesta: La forma moderna de decirlo es “sin llenar los requisitos”, pero no es incorrecto “sin el lleno de los requisitos”, dado que lleno, además de verbo, “yo lleno el estadio”, y adjetivo, “el vaso está lleno”, es también sustantivo, que el DLE define como ‘plenitud o culminación de algo’, definición que se aplicaría, no tan a la fuerza, a la expresión “sin el lleno de los requisitos”.

Perrateniente y gatólico

Vladdo inventa dos simpáticas palabras, en una de sus más recientes columnas de El Tiempo. Dice que él era “perrateniente”, porque adoptó perros durante algunos años, pero que ahora es “gatólico” practicante, como Hemingway, Borges y Frida Kahlo, porque tiene varios gatos, que en su narración parecen bastante aristocráticos, como los gatos de Disney.