Verbo y Gracia
Industricidio, wayús, sacerdote casado
Fernando Ávila
Fundación Redacción
Cita: “Entre la basura encontraron a niños Wayúu en La Guajira”.
Comentario: Los nombres de razas y etnias se escriben con inicial minúscula, azteca, chibcha, wayú, y tienen variación para el plural, charrúas, nasas, wayús. Esta forma indicada por la Academia es distinta de la usual entre antropólogos alemanes, que escriben “los Chibcha”, “los Talibán”, “los Wayúu”. Por otra parte, wayúu es grafía propia del idioma guajiro. En publicaciones escritas en español se suele adaptar a la forma fonética: wayú. En consecuencia, hubiera sido mejor escribir “niños wayús”.
Industricidio
Pregunta: ¿Qué es “industricidio”?, Jorge Álvarez.
Respuesta: Industricidio es la ‘destrucción de una industria o un conjunto de industrias’. Se usa para referirse al daño grave producido en una industria, generalmente como resultado de la aplicación de políticas económicas que atentan contra su subsistencia y desarrollo, según explica Fundéu.
Sacerdote casado
Pregunta: ¿No es contradictorio “sacerdote casado”, como se dice en el sínodo de la Amazonia? ¿Acaso el celibato no es esencial al sacerdocio?, Olga Lucía Guevara Cortés.
Respuesta: El celibato no es esencial al sacerdocio. De los doce apóstoles, que podrían considerarse los primeros sacerdotes cristianos, solo consta la soltería o celibato de uno de ellos, Juan. Al parecer, los demás eran casados. Sin duda lo era Pedro, el primero de ellos, pues en los evangelios se habla de su suegra. Sus primeros sucesores no fueron célibes o, en todo caso, no estaban obligados a serlo. En los primeros siglos del cristianismo se dio de manera espontánea entre algunos ministros sagrados la costumbre de no tener relaciones sexuales con la esposa el día en que celebraban misa. Luego ampliaron esa veda a la víspera, pero les quedaban otros cinco días de la semana para cumplir con el débito conyugal. Cuando la misa se volvió diaria, estos clérigos se vieron obligados a alargar su celibato de fin de semana a todos los días, y comenzó a generalizarse el celibato. La costumbre se volvió ley en el concilio de Elvira, año 306. Cabe aclarar que esta práctica fue adoptada por el clero occidental, pero no por el oriental, que nunca la ha tenido.
Las excepciones, sin embargo, son muchas. En el año 866, el sumo pontífice romano acogió a Bulgaria como país cristiano y permitió que tuviera clero casado. En 1547 las diócesis alemanas autorizaron el matrimonio de los sacerdotes católicos, mientras tomaban la decisión definitiva de adoptar o no la Reforma protestante. Cuando Enrique VIII, en el siglo XVI, separó de Roma a la Iglesia de Inglaterra, autorizó el matrimonio del clero. Durante el reinado de su sucesor, Eduardo VI, Inglaterra volvió a ser católica, y ya sus sacerdotes estaban casados. En 1789, como consecuencia de la Revolución, muchos sacerdotes franceses contrajeron matrimonio. En 1951 el papa Pío XII admitió en la Iglesia católica romana a unos quince sacerdotes luteranos de Alemania. Les permitió mantener su condición clerical y su matrimonio.
En los años 80 Juan Pablo II admitió como sacerdotes católicos a varios presbíteros episcopalianos, de los Estados Unidos. Pasaron a la Iglesia católica con sus esposas, sus hijos y sus fieles. En los años 90 el mismo fenómeno se vivió en el Reino Unido. Varios sacerdotes de la Iglesia anglicana cambiaron su dependencia de Canterbury por la de Roma. Son sacerdotes católicos casados. Y todo ello sin contar a los diáconos permanentes, clero católico casado cada vez más numeroso. Se empezaron a ver hace unos de 30 años y ya suman unos 45.000 en el mundo.
La anunciada ordenación de hombres casados como nuevos presbíteros de la Amazonia será solo un paso más hacia la inevitable abolición del celibato clerical obligatorio.
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