Anecdotario Político

Benjamín Ardila Duarte

Bernard Shaw, en serio y en broma, afirmaba que era absurdo un régimen que exige título académico al odontólogo que rellena la dentadura y no pide garantías de honorabilidad y competencia al periodista que rellena diariamente la cabeza de sus pacientes lectores.

El presidente Marroquín, al recibir hojas de vida para nombramientos, verificaba, en su lista de miembros de la sociedad de San Vicente de Paul, para excluir a los que a ella pertenecieran. Decía el autor de La perrilla que ellos tenían ganado el cielo y prefería nombrar a los no socios, para que, al menos, disfruten de la burocracia y del ingreso aquí en la tierra.

La Historia constitucional de Colombia, publicada por la Academia Colombiana de Jurisprudencia, condensa la vida de la república y aun la colonia española. Sus autores, Augusto Trujillo, Carlos Mario Molina y Luis Javier Moreno Ortiz, investigaron todos los ayeres con rigor admirable. Es la mejor contribución al bicentenario ya próximo a su celebración gloriosa.

La novela de la Revolución Mexicana, más historia que ficción, relata los episodios incontables de esa lucha de los campesinos sin tierra y de los indios sin esperanza por la justicia social y la democracia económica. La transformación agraria fue su gran objetivo. Nosotros, con tantas guerras civiles y una violencia de medio siglo, hemos tenido ensayos sociales y jurídicos del tema rural, pero carecemos de los relatos imaginativos sobre esos tramos de vida nacional y combate por la tierra.

Funes el memorioso es tema de Borges. El colombiano Alzate Avendaño lo que recibía por un oído no le salía por el otro. En viaje en automóvil de Manizales al Valle -a homenaje a Ignacio Rengifo- recitó poemas durante seis horas sin detenerse ni repetir. Empero, hay críticos de la memoria como Chateaubriand que la definen, equivocadamente, como la inteligencia de los tontos.