Columnistas
Desafíos del aseguramiento para la estabilidad financiera
13 de Junio de 2011
Ricardo Vásquez Bernal Magíster en Economía y Finanzas Socio de Baker Tilly Colombia Consulting rvasquez@bakertillycolombia.com
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La conferencia de alto nivel de la Comisión Europea llevada a cabo en febrero de este año en Bruselas tocó varios temas cruciales que, en mi sentir, cambiarán el curso normal de la auditoría y la contabilidad en el mundo, en los próximos años. Su solo título para la convocatoria es premonitorio de los tiempos que vendrán: Tiempo para el cambio.
Los temas centrales del foro se refirieron a la convergencia técnica entre contabilidad y auditoría, la relación entre el gobierno corporativo y el reporte financiero y los desafíos contemporáneos de la auditoría, en el marco de las lecciones aprendidas de las crisis financieras y de los mercados de valores en Europa. El hecho de que numerosos bancos registraran pérdidas astronómicas entre el 2007 y 2009 en sus posiciones, tanto en el balance como fuera del balance, le plantea la cuestión a la comisión de cómo los auditores pudieron redactar para sus clientes informes de auditoría sin expresar reservas con respecto a dichos periodos, sino también la adecuación y la suficiencia del marco legislativo actual vigente en Europa.
El primer panel de discusión advirtió sobre la necesidad de replantear la estructura, conocimiento y enfoque de la auditoría en los países europeos, a partir de una reforma estructural, para que se pueda alinear a los contextos globales de la contabilidad de los grupos económicos, soporte a las estructuras y responsabilidades de gobiernos corporativos y las necesidades de un reporte financiero complejo que debe incorporar los riesgos.
Se parte de admitir la importancia de un modelo de convergencia global de contabilidad, para estimular la comparación de la información, reducir los costos de transacción para diversos modelos aplicables, eliminar los arbitrajes regulatorios y las inconsistencias en lo indicadores de desempeño. Sobre este punto, debo añadir, basado en otros estudios transversales que, dado que los estándares de reporte financiero por sí solos no determinan estos beneficios para las economías, mercados y empresas, debe inducirse de manera complementaria una infraestructura técnica e institucional que genere incentivos para los preparadores y emisores de los reportes internacionales –Ball, Robin, Wu 2009–.
Los efectos de estos factores pueden verse a través de diferentes tipos de economías como son economías externas con grandes bolsas de valores, propiedad accionaria dispersa, derechos claros de inversionistas y fuerte represión legal frente a economías internas con menos desarrollo en sus mercados de valores, propiedad accionaria concentrada, derechos débiles de inversionistas y una débil represión legal. Si bien en ambos contextos se aplican estándares internacionales de reporte, parece ser que los primeros inducen una mayor tendencia a generar reportes financieros de mayor calidad, lo que demuestra que no será suficiente con adoptar estándares globales en tanto será necesario adecuar los factores regulatorios, de supervisión y vigilancia, impositivos y de gobierno corporativo.
El segundo panel de discusión resultó más complejo, en la medida en que trató el rol de los auditores en materia de los potenciales conflictos de interés por el ejercicio de actividades de consultoría, la supervisión de la auditoría y la concentración del mercado de la auditoría, en el contexto de la requerida estabilización del sistema financiero en épocas de crisis.
El rol de los auditores, de acuerdo con la posición de algunos de los miembros de la Comisión Europea, debe cambiarse para que se especialicen solo en servicios de auditoría, teniendo en consideración que su intervención resulta fundamental por los efectos que produce en los usuarios: inversionistas, empleados y clientes, al punto que su independencia fue comprometida en situaciones de la recientes crisis, en algunos casos, con otros servicios que, al no relacionarse con la auditoría, generarían conflictos de interés.
La concentración del mercado en grandes empresas de auditoría fue otro tema de intenso debate, pues se expuso que de las 100 empresas listadas en los mercados de valores europeos - FTSE-100, 99 tuvieron como firma de auditoría alguna de las cuatro empresas más grandes de auditoría en el mundo, conocidas como “Big Four”. Los puntos de vista variaron sobre la necesidad de rotar las firmas con regularidad o imponer reglas para compartir auditorías con solo una de las grandes firmas, de manera que se pueda incrementar el número de grandes firmas de auditoría por lo menos al doble, para evitar la concentración del mercado, sin comprometer la calidad y suficiencia de la misma, de acuerdo con los estándares internacionales.
El mensaje central del foro radicó en reconocer que el tiempo para un cambio estructural de la auditoría en el contexto europeo, por lo menos, ha llegado, en tanto los informes y los requerimientos de los usuarios lo imponen. Las contribuciones del Parlamento europeo plantean ejecutarse a partir de la bitácora de conclusiones que emitirán con base en los debates del reciente libro verde de la auditoría, que en términos generales incorpora las variables que pueden ser adoptadas para la auditoría, dentro y fuera de Europa, como consecuencia directa de las recientes crisis financieras que hacen imperativo estabilizar el sistema financiero mediante reportes suficientes, transparentes y veraces sobre la solidez de las empresas del mercado de valores.
Estos comentarios son personales y no comprometen el punto de vista de la firma.
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