Al Margen
Vuelven los “anti-Nobel”
03 de Octubre de 2012
La dinámica de fluidos ya puede explicar, a ciencia cierta, uno de los mayores enigmas de la Colombia política posmoderna: por qué al expresidente Uribe no se le derrama el tinto cuando cabalga, orondo, sobre sus corceles de paso fino.
Y no es un descubrimiento de poca monta. Es, nada más y nada menos, que uno de los estudios ganadores de los premios Ig Nobel que, cada año, la Harvard-Radcliffe Society of Physics Students, la Harvard-Radcliffe Science Fiction Association y la Harvard Computer Society entregan a descubrimientos e invenciones tan absurdos que hacen reír, pero tan interesantes que ponen a pensar a los más avezados Phd.
Si bien, hasta donde se sabe, los malabares del exmandatario no fueron analizados por los investigadores, la inquietud por conocer qué pasa cuando una persona camina con una taza de café en la mano les significó este premio a los científicos Rouslan Krechetnikov y Hans Mayer, profesores del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de California.
Los tamaños de las tazas, las propiedades del café y la biomecánica de la marcha, concluyeron los investigadores, son los factores que inciden en que la bebida se derrame: “El problema estudiado representa un ejemplo de la interacción entre el movimiento complejo de una copa, debido a la biomecánica de un individuo que camina, y las dinámicas de los líquidos bajos en viscosidad”. (De entrada, parece que ir a caballo es una ventaja para el expresidente. Habrá que ver qué tan viscoso es el tinto).
En la ceremonia de premiación, que se celebró el pasado 20 de septiembre en el teatro Sanders de la Universidad de Harvard, fueron galardonadas las siguientes categorías:
Psicología: Anita Eerland, Rolf Zwaan (Holanda) y Tulio Guadalupe (Perú), por su estudio Inclinarse hacia la izquierda hace que la Torre Eiffel parezca más pequeña.
Paz: La Compañía SKN (Rusia), por convertir antiguas municiones rusas en diamantes.
Acústica: Kazutaka Kurihara y Tsukada Koji (Japón), por la SpeechJammer, una máquina que distorsiona el discurso de una persona que se torna muy aburrida, haciéndole oír sus propias palabras con un ligero retraso.
Neurociencia: Craig Bennett, Abigail Baird, Michael Miller y George Wolford (EE UU), por demostrar que los investigadores del cerebro, mediante el uso de instrumentos complicados y estadísticas simples, pueden ver actividad cerebral significativa en cualquier lugar, incluso en un salmón muerto.
Química: Johan Pettersson (Suecia), por explicar por qué, en ciertas casas de Anderslöv (Suecia), el pelo de la gente se puso verde. (La culpa era del agua caliente que entraba en contacto con el cobre de las tuberías).
Literatura: La Oficina General de Rendición de Cuentas de EE UU, por un informe acerca de los informes sobre los informes que recomiendan la preparación de un informe sobre el informe acerca de los informes sobre los informes.
Física: Joseph Keller, Raymond Goldstein (EE UU), Warren Patrick y Robin Ball (Reino Unido), por el cálculo de la correlación de fuerzas que dan forma y mueven el pelo humano recogido en una cola de caballo.
Dinámica de fluidos: Los ya mencionados Krechetnikov y Mayer, por su estudio Caminando con café: ¿Por qué se derrama?
Anatomía: Frans de Waal (Holanda) y Jennifer Pokorny (EE UU), por descubrir que los chimpancés pueden identificar a otros chimpancés, de forma individual, mediante fotografías de sus traseros.
Medicina: Emmanuel Ben Soussan y Antonietti Michel (Francia), por asesorar a los médicos que realizan colonoscopias sobre cómo minimizar la posibilidad de que sus pacientes exploten (¡¡¡Por Dios, ¿eso puede pasar?!!!).
(Fuente: www.improbable.com/ig/winners)
Opina, Comenta