Columnista on line
Importante elección de magistrados
09 de Noviembre de 2016
Carolina Villadiego Burban
Investigadora, Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad – Dejusticia.
Dos importantes elecciones judiciales avanzan silenciosamente: la de cinco magistrados de la Corte Constitucional y la de siete miembros de la Comisión Nacional de Disciplina. La primera implica la modificación de la mayoría de la Corte y, con ello, la posible renovación de su jurisprudencia. La segunda conlleva la conformación del órgano que ejerce la función disciplinaria de los jueces y empleados de la Rama Judicial luego de la reforma de Equilibrio de Poderes. A pesar de lo trascendental de estas elecciones en la opinión pública poco se habla de ellas.
De la Corte Constitucional se conoce la lista de preseleccionados del Consejo de Estado de donde saldrá una terna y las dos listas de los inscritos admitidos por la Corte Suprema, de donde saldrán dos ternas. Vale la pena decir que estas listas incluyen mujeres, pero son minoría, y su inclusión está lejos de la paridad con los hombres. Aún no se conoce información de las dos ternas a cargo del Presidente. En esta elección tan importante es fundamental que las Cortes y el Presidente comuniquen los criterios de selección para la elaboración de las ternas y que el Congreso elija cumpliendo los postulados constitucionales: publicidad, equidad de género, transparencia, participación ciudadana y mérito.
La Corte Constitucional es un bastión fundamental de nuestra democracia y por eso sus magistrados deben tener las más altas calidades para el cargo. Se requiere una Corte que garantice una excelente dosis de independencia y de legitimidad ciudadana. Una Corte que fomente el respeto de los derechos de las minorías. Me refiero, por ejemplo, a la población LGBTI que ha batallado por años el reconocimiento de sus derechos constitucionales, y que enfrenta un posible retroceso debido a algunas posturas cristianas. Y también me refiero a las comunidades ubicadas en territorios donde hay proyectos extractivos. Para todos ellos, y para la ciudadanía en general, es importante contar con la mejor Corte Constitucional.
Pero si la elección de los magistrados de la Corte es fundamental, la de los miembros de la Comisión Nacional de Disciplina no se queda atrás. Aunque esta institución tiene menor contacto con la ciudadanía su función es central para garantizar la independencia judicial. Procesa a los jueces que cometen infracciones disciplinarias y que ponen en tela de juicio la legitimidad de la justicia, pero, también, garantiza que los procesos disciplinarios no sean utilizados para socavar su independencia. Por eso, una buena Comisión Nacional de Disciplina es una garantía para la ciudadanía y para los jueces.
Respecto de la elección de los siete magistrados de la Comisión, por ahora se conocen las cuatro ternas elaboradas por el Consejo Superior de la Judicatura y el listado de aspirantes registrados en la Presidencia de la República. La elección de la Comisión Nacional de Disciplina debe ser una prioridad, pues debía realizarse a más tardar un año después de promulgada la reforma de Equilibrio de Poderes. No es bueno que el esquema disciplinario de los jueces continúe en una especie de transición. Por eso, es importante que el Congreso en pleno elija lo más pronto posible a estos magistrados.
Estamos en un momento importante y definitivo para la justicia. Dadas las implicaciones de estas elecciones, la comunidad debe estar atenta a lo que pasa en el Congreso, las Cortes y la Presidencia. Y estas instituciones deben garantizarnos una elección transparente y pública, lejos de amiguismos políticos y de una distribución burocrática de los cargos entre partidos. ¡Hay mucho en juego! Está en juego la institución que protege la Constitución y la que garantiza una parte fundamental de la independencia de los jueces. Es hora de ponerle atención a esta elección.
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