La difícil situación de Venezuela con sus dos presidentes y su éxodo, se debería ver como una oportunidad para el fortalecimiento de la democracia, la integración política y el desarrollo económico.
El Estado sería la síntesis compleja de una imagen de coherencia y superioridad y de un conjunto de dinámicas reales que desdicen dicha imagen, pero que, al final, la expresan.
El Ejecutivo amplió, por un año más, la prohibición de porte de armas en todo el país; la suspensión de los permisos se hará “sin perjuicio de las autorizaciones especiales y de las excepciones correspondientes”.
Recientemente, la Suprema Corte de Justicia (SCJN) de México declaró inconstitucional la totalidad de la Ley de Seguridad Interior, mientras en Colombia se pone sobre la mesa la posibilidad de intervención del Ejército en zonas urbanas.
El Gobierno Nacional presentó ante La Haya la duplica en el proceso iniciado por Nicaragua. Según las reglas de CIJ, los documentos del proceso son estrictamente confidenciales hasta cuando se abra la fase oral.
Lo que llamamos unívocamente Estado, en realidad sería la suma de diversas racionalidades y, por tanto, de múltiples estados al interior de la imagen coherente del Estado.