Tener en posesión bienes adquiridos ilegalmente puede traer consecuencias legales si se demuestra que la persona sabía de su origen ilícito. Este tipo de conducta se conoce como “receptación” y es castigada por la ley colombiana cuando se aprovecha un bien producto de un delito previo. Para que exista receptación deben cumplirse ciertos requisitos: que se haya cometido un delito inicial, que el receptor no sea el autor de ese delito y que se haya beneficiado económicamente de dicho acto.

Las denuncias por receptación pueden hacerse ante diversas entidades como la Fiscalía General de la Nación, estaciones de policía, casas de justicia o centros de atención penal a víctimas (Capiv), entre otros. La denuncia puede ser escrita o verbal y no tiene costo. Además, no es obligatorio contar con un abogado para iniciar el trámite, lo que facilita el acceso a la justicia para quienes desean reportar este tipo de casos. (Lea: Conozca cómo denunciar una estafa y los requisitos ante la Fiscalía)

Es importante señalar que para que se configure el delito debe probarse que el poseedor del bien conocía su procedencia ilegal. Si la adquisición se realizó de buena fe y sin sospecha alguna sobre su origen no se incurre en delito alguno. Por ello, se recomienda comprar a personas o establecimientos de confianza y evitar transacciones que generen dudas razonables sobre la legalidad del producto.

En algunos casos, las penas por receptación pueden agravarse. Esto sucede cuando los bienes involucrados tienen un valor histórico, artístico o cultural o si pertenecen a sectores sensibles como alimentos, medicinas, ganado, vehículos o textiles. Igualmente, cuando el tráfico de estos bienes se realiza en establecimientos comerciales o industriales se considera una circunstancia que incrementa la responsabilidad penal del implicado.

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