Sobre los Cina y Proimágenes
Patricia Renjifo
Socia de Ecija Colombia
Colombia se ha posicionado a nivel mundial como líder en incentivos otorgados a las industrias creativas. Uno de los estímulos más atractivos ha sido el Certificado de Inversión Audiovisual (Cina), que otorga un descuento tributario correspondiente al 35 % del valor total de los gastos en servicios audiovisuales y logísticos en el país. El año pasado, 22 proyectos se beneficiaron con este incentivo.
Para el 2023, se aprobó un cupo fiscal de 500.000.000.000 de pesos destinado a proyectos audiovisuales y culturales, de los cuales, 300.000.000.000 de pesos irán al Cina (20.000.000.000 de pesos más que el año anterior). A la fecha, son pocos los proyectos a los que se les ha asignado parte de este presupuesto, pues, según cifras publicadas por Proimágenes, aún quedan alrededor de 299.500.000.000 de pesos en la bolsa anual.
Tanto los proyectos aprobados, como aquellos que se postularán en lo que queda del año, están sujetos a las modificaciones realizadas al Manual de Asignación de Recursos (MAR) en el Acuerdo 86 del 2022. En esta actualización del MAR se aclararon varios puntos relacionados con prohibiciones y restricciones en postulaciones, validez de acreditaciones de identidad y financiamiento, amplitud del poder otorgado a las casas productoras colombianas, y los componentes sujetos a postulación. También se redujo el monto de la inversión mínima para videojuegos, videos musicales y audiovisuales publicitarios.
Es evidente que las modificaciones al MAR son positivas, pues se aclaran diferentes temas sobre los que había incertidumbre en su versión anterior, especialmente, en cuanto a los requisitos y restricciones a la aplicación al estímulo. Ahora bien, ¿es suficiente aclarar requisitos del procedimiento para tener un MAR aplicable en su totalidad?
El MAR es una excelente herramienta para la aplicación a los estímulos que ofrece el Gobierno y, sin duda, ha sido utilizado exitosamente por agentes de la industria de la producción audiovisual. No obstante, no se puede perder de vista que el MAR aplica a varias tipologías de proyectos, para los cuales todavía se evidencia falta de claridad y adaptación. La industria del entretenimiento evoluciona constantemente con las nuevas tecnologías y el MAR debe propender porque proyectos de esta índole accedan a los estímulos disponibles. Para ello, es necesario que tanto Proimágenes como los agentes del mercado entiendan que, al ser una regulación aplicable a la industria del entretenimiento, estará sujeta a constantes modificaciones y actualizaciones, justamente, para adaptarse al desarrollo y evolución del mercado.
Así las cosas, no es suficiente con implementar cambios en los requisitos formales, pues deben adaptarse los anexos y requerimientos técnicos a fin de reflejar la evolución tecnológica y las nuevas metodologías que rigen la industria. En este sentido, Proimágenes debe estar abierto a escuchar y a debatir los cambios que sean necesarios en beneficio del sector. No menos importante es la participación de empresas extranjeras y nacionales en las mesas de trabajo de Proimágenes, pues son ellas las llamadas a instruir y aportar en cuanto a los nuevos desarrollos que aplican a cada tipología de proyecto.
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