La salud es un negocio
José Wilmar Patiño Ballesteros
Nadie ha escapado al gusto de ver series sobre médicos, esos personajes heroicos, generalmente guapos, que gracias a su conocimiento y sacrificio personal descifran las dolencias más extrañas de sus pacientes y salvan vidas que se daban por perdidas.
Ese tópico del servicio de salud como el lugar seguro al que se acude para tener una nueva oportunidad es esperanzador y cómodo.
Pero siempre hay otro lado en la historia, una dimensión tan humana como la enfermedad tiene complejidades que superan lo científico.
Los emprendimientos en Silicon Valley son ejemplo de la inventiva humana y sus deseos de facilitar la vida desde la tecnología, y es innegable que muchas aplicaciones y dispositivos han aliviado labores diarias.
Uno de ellos prometía resultados inmediatos en los análisis de sangre, con un leve pinchazo en el dedo, una revolución para los exámenes médicos.
Elizabeth Holmes se retiró de una universidad de élite para desarrollar esta idea, la vendió a poderosos inversores y Theranos, su compañía, se valoró en miles de millones de dólares.
Pero todo era falso. Su máquina milagrosa nunca existió, los resultados que entregaba eran errados y sus laboratorios eran lugares extraños y sin estándares mínimos de funcionamiento.
Esta historia la relata The Dropout, una serie de Star+ que muestra la ambición de una joven que soñaba ser la Steve Jobs femenina.
Verla es buen ejemplo de cómo el afán de lucro y un ambiente desregulado facilita a los aprovechadores hacer fraude con la salud pública.
Si le parece irreal esta historia, y lo suyo no son los dramatizados, puede ver el documental de HBO Desangrando a Silicon Valley, en el que los protagonistas reales relatan cómo cayó Holmes y Theranos.
Para tener la conciencia tranquila, podemos pensar que lo anterior fue una rareza en el mundo de la salud, pero Laura Poitras, con su documental La belleza y el dolor, nos recuerda que el afán de obtener utilidades es infinito.
Su premiado audiovisual muestra la lucha de una activista contra la familia Sackler, reconocidos filántropos estadounidenses, que con su empresa farmacéutica provocó la crisis de opioides más grande de EE UU.
La adicción a medicamentos contra el dolor es una profunda herida en el sistema sanitario del país norteamericano, y Dopesick (Star+) es un relato terrorífico sobre una corporación que aprovecha su poder para influenciar a las agencias reguladoras y a los médicos para que aprobaran y prescribieran OxyContin, a costa del sufrimiento de miles de ciudadanos.
Que la salud es un negocio no debe ser una afirmación escandalosa, pero las consecuencias de la falta de control muestran el lado devastador de ver la enfermedad como una oportunidad de obtener resultados financieros.
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