Espresso, express, exprés
Fernando Ávila
Fundación Redacción
Citas: “Traslados express a Colpensiones costarían $35 billones” (La República), “Minhacienda alerta sobre impacto del traslado express a Colpensiones” (Portafolio), “Buscan autorizar ‘traslado express’ hacia Colpensiones” (Teleantioquia).
Comentario: La adaptación española de express es exprés. Hay quienes protestan ante cambios de este estilo. ¡Estos españoles hacen cualquier cosa con tal de llevarles la contraria a los gringos!, dicen a veces. En realidad, no se trata de llevarles la contraria a los gringos, sino de acomodar las palabras a la morfología léxica de nuestro idioma.
Numerosas palabras se escriben en español igual que en inglés, sin ningún cambio, pues no lo necesitan, web, motor, iceberg, blog, gay. A otras apenas hay que agregarles tilde, clóset, córner, pícnic, sándwich, chárter. Algunas cambian la i griega (y) del inglés por i latina (i), debido a que en español solo hay i griega (con función de vocal) en diptongo final (caray, mamey, voy, muy). Así, en español tenemos sexi (del inglés sexy), dandi (de dandy), penalti (de penalty), ferri (de ferry).
Otro pequeño cambio es la agregación de la e inicial (llamada “e de apoyo”) a voces que en inglés comienzan con s seguida de consonante (llamada “s líquida”), dado que en español ninguna palabra comienza en s sin vocal, eslogan (del inglés slogan), esnob (de snob), estand (de stand).
En el caso concreto de exprés, que viene del inglés express, los cambios obedecen a dos hechos normativos. El primero, la tilde, a que es palabra aguda (acento en la última sílaba) terminada en vocal seguida de s, como estés, parqués, ciprés, cundinamarqués, y el segundo, la eliminación de una s al final, a que en español no hay doble s en ninguna palabra. La doble s existió en español hasta el siglo XVIII, en palabras como dissolver, malíssimo, trabajasse, dábasselo. En 1763 se eliminó definitivamente ese dígrafo.
Por eso escribimos impase (del francés impasse), expreso (del italiano espresso), admisión (del latín admissionis). La palabra exprés siguió el mismo proceso de adaptación que casete (del francés cassette), estrés (del inglés stress), dosier (de dossier), Misisipi (de Mississippi), baipás (de bypass), motocrós (de motocross), delicatesen (de delicatessen), toples (de topless).
Entonces, se preguntará alguien, ¿por qué hay 24 entradas de palabras con doble s en el DLE?
En el Diccionario de la lengua española, DLE, 2014, hay algunos extranjerismos usuales entre hispanohablantes. Esos extranjerismos figuran siempre en cursiva, clara advertencia de que no son términos españoles, laissez faire y mousse (francés), bossa nova (portugués), business y mass media (inglés), grosso modo (latín).
Aun así, alguien insistirá en que hay una palabra con doble s que no está en cursiva en el DLE. Esa palabra es picassiano. Y si hay una, la doble s sí existe en español. En realidad, se trata de un híbrido, es decir, una palabra compuesta de un elemento español y otro extranjero. En el caso de picassiano, la primera parte de la palabra está en catalán, el apellido del pintor Pablo Picasso, y la segunda parte en español, -ano, sufijo que significa ‘relacionado con’. Otro híbrido con doble s se encuentra en la Ortografía de la lengua española, OLE, 2010, rousseauniano, cuyo primer componente es el apellido francés del filósofo suizo Juan Jacobo Rousseau.
Aunque los híbridos no se escriben en cursiva, no son palabras españolas propiamente dichas. Esa realidad léxica puede verse en términos como pizzería, cuyo primer componente es la palabra italiana pizza, o rockódromo, voz formada por el elemento inglés rock y el español dromo, que significa ‘pista de carreras’, como en hipódromo, canódromo, aeródromo, velódromo, autódromo.
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