El porqué de la risa de los bebés
Antonio Vélez
Desde muy pequeños los bebés se ríen. Esa risa de los bebés cuando todavía no les han salido los dientes hace que sus padres se derritan de amor. Los bebés dicen sus primeras palabras entre los 9 y los 12 meses, pero se ríen desde los tres meses. Caspar Addyman, investigador británico, profesor de sicología del desarrollo, en Goldsmiths, Universidad de Londres, y director del Goldsmiths InfantLab, ha querido descubrir qué ocurre en la mente del bebé cuando se ríe. La pregunta más común que los investigadores se han hecho es: ¿qué ventajas biológicas le trae al bebé reírse? Sin hacer ningún estudio, es posible imaginar una respuesta, ya que quien ha sido padre sabe que la risa del bebé emociona y estrecha los vínculos de amor.
Charles Darwin también se preguntó qué hacía reír a los niños, y se respondió: las cosquillas. Se dio cuenta de que las cosquillas eran un método casi infalible para hacer reír a los niños, pero solo si quienes las propiciaban eran personas muy conocidas y cercanas a ellos. En su obra La expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872) escribió: “Un niño pequeño al que un hombre extraño le hace cosquillas grita de miedo”.
Hay un juego que hace reír a los niños de todas partes del mundo, y es el de esconderse detrás de las manos y aparecer de súbito diciendo ¡Hu! Los bebés piensan que la persona que se esconde detrás de las manos desaparece verdaderamente; en cambio, a los niños de dos años no los engaña el truco, pero sí los hace reír.
Caspar Addyman recopiló información con padres de niños con edades desde tres meses hasta 30 meses, y casi 1.500 padres contestaron a estas preguntas: ¿cuándo se rieron sus bebés por primera vez?, ¿qué situaciones les resultan más divertidas?, ¿qué juguetes y juegos los hicieron reír más? Y llegó a unas conclusiones parciales. La risa es una manera de comunicarse y entablar una relación. Como la risa no es algo que un niño pueda fingir, es una señal de confianza, de comodidad en compañía del otro. La risa es una forma de participar socialmente con recursos mentales muy precarios, ya que los bebés no hablan.
Addyman experimentó con niños de edad preescolar, y notó que los niños entre los dos años y medio y los cuatro años se ríen para compartir, para ser sociales. Addyman observó que los niños se reían viendo una caricatura divertida, aun cuando estuvieran solos, pero se reían ocho veces más si estaban acompañados. También observó que el número de personas no afectaba las veces que el niño se reía: con un niño o con muchos niños, los niños se reían más, mucho más que estando solos. Para Addyman, la risa es una señal dirigida a alguien más que está cerca, es una manera de comunicar que a ellos algo les parece gracioso. Los niños que estaban en compañía de adultos también se reían, y buscaban al adulto con la mirada, para comunicarle que algo les parecía divertido.
Según Addyman, lo que realmente hace reír a un bebé es la compañía de otras personas, es la atención humana, es la necesidad de hacer conexiones con los otros. El bebé recompensa con la risa al adulto que le juega, que le dedica tiempo. Es una manera muy eficaz de responder que gratifica al adulto que juega. A los bebés les gustan las novedades. Mostrar deleite con la risa puede hacer que el adulto insista en seguir mostrando o intentando cosas nuevas que, en últimas, revierten en aprendizaje para el niño.
Después de conocer la investigación de Addyman, la directora del Polka Theatre, Sarah Argent, creó una obra de teatro específicamente para hacer reír bebés. La obra dura 45 minutos y se llama Shake, Rattle and Roll. En esta explora y juega con las ideas del investigador. Ella se presenta a los niños antes de la obra y luego los niños, una vez creado el lazo, no apartan los ojos de ella.
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