28 de Noviembre de 2024 /
Actualizado hace 8 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Etcétera

Curiosidades y…

Poder mortal de la resonancia

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Antonio Vélez

 

La resonancia es un fenómeno físico producido cuando una estructura capaz de vibrar a cierta frecuencia bien definida se somete a la acción de una fuerza oscilatoria cuya frecuencia de vibración coincide con la primera. En esta situación (por ejemplo, ante un movimiento sísmico, o sometido a la fuerza del viento), la estructura comienza a oscilar, y de mantenerse actuando la fuerza externa, la amplitud de la oscilación irá aumentando en forma progresiva y peligrosa. Podemos experimentar este fenómeno tomando dos diapasones diseñados para emitir un sonido de la misma frecuencia y ponerlos uno al lado del otro. Ahora, si hacemos vibrar uno de ellos, el otro, de manera espontánea, emitirá un sonido de la misma frecuencia.

 

El fenómeno de la resonancia se presenta en las grandes construcciones, como puentes y edificios. Cada una de esas construcciones posee una frecuencia propia de oscilación, así que, por ejemplo, un edificio muy alto, cuando se presentan vientos de costado, fuertes y sostenidos, llega a presentar desagradables oscilaciones de unos pocos centímetros y con una frecuencia bien determinada.

 

En Manchester (Inglaterra), en 1831, cuando un grupo de 74 soldados en formación cruzaba el puente colgante de Broughton, la cubierta entró en resonancia con la marcha acompasada de los soldados, y uno de los pernos colocado en uno de los extremos de la estructura se desprendió y el puente se fue al agua. No hubo víctimas, pero se aprendió que por un puente es peligroso que cruce un grupo de usuarios marchando sincrónicamente.

 

Esa dolorosa experiencia no fue aprendida por los franceses, lo que hizo que, en abril de 1850, al pasar por el puente del Maine una tropa marcando el paso, la resonancia producida rompió el puente y dejó un saldo de 226 muertos. Durante 20 años, no se volvieron a construir puentes colgantes en Francia. Además, las autoridades del ejército francés obligaron a romper el paso siempre que hubiese necesidad de atravesar un puente y de este modo evitar el peligroso fenómeno físico. 

 

Pero quizás el caso de resonancia más espectacular en la historia ocurrió de 1940, sobre el puente colgante de Tacoma Narrows, en EE UU. Desde el inicio de su construcción se comenzó a notar una desagradable oscilación cuando soplaban vientos de costado, así que los obreros terminaban mareados. La mañana del 7 de noviembre de 1940, un fuerte viento de costado hizo que el puente comenzara a oscilar lateralmente. La amplitud de la oscilación fue en aumento y la estructura se retorcía hasta que se rompió y cayó al agua. No hubo víctimas. En algunos libros de física mencionan el puente y lo presentan como un costoso ejemplo del fenómeno de resonancia.

 

En el año 2000, se estrenó el puente del Milenio, en Londres, lo que atrajo un gran número de curiosos. Al caminar sobre el puente, este comenzó a bambolearse peligrosamente (resonancia lateral). En vista de la amenaza, las autoridades cerraron el puente con el fin de instalar un conjunto de amortiguadores protectores. Otro desagradable accidente se presentó durante un apagón ocurrido en Nueva York, en el 2003: el puente de Brooklyn se llenó de transeúntes, y muchos de ellos terminaron mareados con la sacudida rítmica que se produjo. No hubo ningún muerto, pues los mareados peatones abandonaron a tiempo el gigantesco columpio.

 

El 10 de junio del 2000, se inauguró la pasarela que cruza el río Támesis, en Londres. Pronto se descubrió que la estructura vibraba amenazante, y aquellos que intentaban cruzar el puente, para mantener el equilibrio se veían obligados a caminar de manera sincronizada con el balanceo. No hubo muertos, pero sí muchos mareados.

 

Pasando a otro plano, se comenta que una soprano puede, con su voz, romper una copa de cristal. Parece que el experimento se llevó a cabo con la soprano Ainhoa Arteta, frente a las cámaras de televisión y que, efectivamente, la copa se rompió. La soprano se situó al frente de la copa (puesta esta sobre una mesa) y comenzó a emitir una nota constante y muy alta. De repente, la copa se fracturó en mil pedazos sin que nadie la tocase. Aclaremos que hay escépticos que dudan de la verdad de semejante hazaña vocal.

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