Verbo y Gracia
Escritural, mortalidad, mortandad y morbilidad
Fernando Ávila
Fundación Redacción
Humberto Jairo Jaramillo pide mi opinión sobre la frase “Ese proceso lo tramitan de forma escritural”. Respuesta: El DLE, 2014, registra la palabra escritural como adjetivo que significa ‘perteneciente o relativo a la escritura’, como en la locución “técnica escritural”, y ‘perteneciente o relativo a las Sagradas Escrituras’, como en la frase “tenía una gran formación teológica y escritural”. En consecuencia, la frase es correcta. Otra cosa es qué tan rebuscada puede resultar, pues bastaría decir “Tramitan ese proceso de forma escrita”, o simplemente, “Tramitan ese proceso por escrito”.
Personalmente estoy en la línea de la escritura clara y sencilla, accesible a todos los posibles lectores, que en muchos casos no son personas significativamente letradas. Suelo invitar en mis libros, columnas y cursos a escribir sin palabras raras o desconocidas, salvando, claro está, los términos técnicos propios de cada ciencia, que por su significado preciso son inevitables. Y evitando, por supuesto, el cambio por falsos sinónimos, que logran la intención de no repetir (¡obsesión de todos!), pero cambian el significado de lo que se quería decir.
Es importante que el redactor jurídico decida con buen criterio el uso de una u otra palabra, pensando en facilitar la comprensión del lector y a la vez salvando la precisión de sus informaciones y conceptos. En la búsqueda de esa armonía confluye también la estética. Escribir es un arte, y como todo arte debe respetar una belleza mínima, que mantenga el texto, como diría Aristóteles, in medio virtus, sin irse a alturas neobarrocas, con exceso de erudición, ni caer en la simpleza de lo vulgar.
Confieso que hace años escribí crónicas con vocablos ingleses, di charlas en las que me solazaba con el latín y llegué a publicar un libro de cuentos con título en griego, Ουροβóρος. En las primeras ediciones de mis libros didácticos hablaba de oración, objeto directo, “a” protética y pretérito perfecto simple. Ahora, en cambio, digo frase, complemento directo, “a” de apoyo y pasado. Aún así, complemento directo me sigue pareciendo rebuscado, en la medida en que la mayoría de los hablantes no saben lo que es. Entonces, prefiero hablar del qué y del a quién. Así, en la frase “Rodríguez entregó la evidencia”, el qué es “la evidencia”, y en la frase “Rodríguez saludó a su delator”, el a quién es “a su delator”. Con ese presupuesto, aclaro que no hay coma entre el verbo y el qué o el a quién, en vez de decir que no hay coma entre el verbo y el complemento directo. Intento de esta forma que la gramática sea menos lejana de lo que frecuentemente parece. ¡Ah!, y uso lo menos posible el griego y el latín.
Mortalidad
A propósito de la pandemia de cóvid-19, producida por el coronavirus, se habla en los medios informativos de tasa de mortandad, tasa de morbilidad y tasa de mortalidad.
Para que use correctamente estas expresiones, le recuerdo que mortalidad o tasa de mortalidad es la ‘tasa de muertes producidas en una población durante un tiempo dado por una causa determinada’, “La provincia de Hubei, de donde provino el virus, tiene una tasa de mortalidad del 2,9 % en comparación con el 0,4 % del resto de la China”, mientras que mortandad es una ‘gran cantidad de muertes causadas por epidemia, cataclismo, peste o guerra’, “Los ciudadanos esperan que la mortandad por el cóvid-19 no sea tan grande como la que causó la gripa española de hace un siglo”, y morbilidad es la ‘proporción de personas que enferman en un sitio determinado’. Observe que morbilidad no se refiere a muerte, sino a enfermedad. Viene de mórbido, adjetivo que significa ‘que produce una enfermedad o la ocasiona’, “La mayor morbilidad del coronavirus se da en lugares donde habitan personas mayores de 60 años”.
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