Anecdotario político
Benjamín Ardila Duarte
La presidencia imperial y el poder ejecutivo predominante presumen un vacío al salir del dominio del mandatario fuerte. Peyrefitte, ministro importante, le dijo a De Gaulle que a su retiro o a su muerte habría un vacío fatal, y el general le observó: “Cuando me vaya, no habrá vacío, sino el lleno completo”. Y así fue. Lo mismo ocurrió a la muerte de Franco, en España, cuando quienes esperaban el turno fueron estadistas y montaron partidos modernos.
El historiador Giucciardini llegó como embajador enviado por Florencia a España. Enseguida, en la presentación de credenciales, preguntó al rey católico cómo su monarquía de ejercer un papel secundario llegó tan pronto a nación dominante. Y el rey le dijo: “Los españoles tienen cualidades para la paz y para la guerra, pero necesitan estar bien gobernados”.
La carrera administrativa (concurso y mérito) es la base de un Estado moderno. Está constituida, según Juan Lozano y Lozano, por aquellos funcionarios que conforman la orden de caballería del servicio público. Son servidores de la nación que, como aquellos nobles de que hablaba Chocano, lanzaron todo a la fragua de la República como sus joyas al bronce destinado para fundir campanas.
Los pueblos y las escuelas literarias se soportan en el humanismo. Colombia registra el humanismo latino, con las plumas de Miguel Antonio Caro, Rufino José Cuervo, Marco Fidel Suárez, Antonio Gómez Restrepo y Rafael Maya. Paralelo a eso, nos pertenece el humanismo social y popular de Jorge Isaacs, con María; José Eustasio Rivera, con La Vorágine; Arias Trujillo, con su novela de negritud Risaralda, y Gabriel García Márquez, con el prodigio de Cien años de soledad.
Medio siglo enfrentó Tomás Cipriano de Mosquera a José María Obando. Para la noble familia aristocrática del primero, era inaceptable que el segundo fuese nieto adulterino de doña Dionisia Mosquera, cómplice necesario en el crimen de su marido. El escritor nariñense Vicente Pérez Silva desenterró el expediente penal en Quito (Ecuador) y escribió la verídica historia del más grande escándalo de finales de la colonia española.
El escritor científico Rossiter, en su Guía de la salud, alude a un profesor de California, quien habla de la neurastenia pública, causada por el inmoderado deseo de lucro, sobrepuesto a otros fines. La considera una especie de locura, enfermedad con influencias depresivas.
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