Anecdotario político
Benjamín Ardila Duarte
La Guajira ha padecido de tal abandono desde la edad pasada, que el presidente Alfonso López Pumarejo llegó a la península hace 80 años y al oír los justos clamores de los colombianos sin apoyo dijo: “Por aquí no ha pasado ni la conquista, ni la colonia, ni la república”. Lamentablemente, gran parte del diagnóstico aún perdura, a pesar de un esfuerzo presente con respaldo del sector privado.
La reelección en Colombia ha sido una equivocación terminada en desgracia: Bolívar la sufrió con la conspiración de septiembre; el general Mosquera, con el atentado del 23 de mayo; Rafael Núñez, con tres guerras; Rafael Reyes, con el 13 de marzo; López Pumarejo, con el 10 de julio; Rojas Pinilla, con el 10 de mayo, y, finalmente, Carlos Lleras y López Michelsen fueron derrotados en su reelección en la tarde de sus brillantes existencias.
El profesor López de Mesa, críticamente, al ver De cómo se ha formado la nación colombiana, presenta a los españoles que robaron a aborígenes, pobres criaturas: 30 millones de oro físico; plata, esmeraldas y perlas; 1.500.000 kilómetros de territorio y 100.000 mujeres para su comodidad y placer. Veinte mil conquistadores en nombre de Jesús Nazareno y de doña Isabel de Castilla o de sus discretos sucesores cometieron una expoliación bastante reñida con las más altas prescripciones de la honradez y la caridad, según el sociólogo.
Cuando la juventud interviene en los episodios nacionales debe pensar en grande, pensar en esa obra de arte que es el Estado moderno. Los ingleses dicen que Disraeli se acostumbró, desde la adolescencia, a pensar como primer ministro. Y Bolívar, en Roma y en edad temprana, juró, ante su maestro, liberar a la América india del poder español.
El ideal de la república perfecta debe ser diseñado por los pueblos y sus estadistas como un bello objetivo nacional. Se trata de esa fuerza interior que Napoleón llamó su estrella; Alejandro Magno designó como su esperanza, y el gran Julio César, en Roma, como su fortuna.
La planeación económica debe ser un cuarto poder en un país organizado. En Colombia, con trabajo de biblioteca y de campo, han sido redactados muchos planes nacionales: El informe Currie y, más tarde, su Operación Colombia; el estudio del padre Lebret que mostró la concentración del ingreso y de la riqueza; las Cuatro estrategias de Misael Pastrana, con acertada filosofía del desarrollo, y López Michelsen, con el Plan para cerrar la brecha, entre otros. Estos modelos deben ser extendidos para el crecimiento regional y, en cada ciudad, tener un plan de urbanismo estético, ecológico y social.
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