Con preposición y sin ella, queísmo y dequeísmo, personas
Fernando Ávila
Fundación Redacción
Hace años llegué a la oficina del editor de un periódico que me había contratado como defensor del lenguaje. Llevaba una serie de ejemplos sobre el mal uso de las preposiciones, uno de los temas que estaba en plan de mejorar en la redacción del rotativo. Le fui mostrando uno por uno los recortes que tenía fotocopiados y analizados. El personaje me dijo que no me preocupara por las preposiciones, que esas partículas pronto dejarían de usarse. Por respeto no le dije todo lo que me vino a la mente sobre semejante predicción, gracias a lo cual conservé mi puesto.
Han pasado tres décadas y media desde aquel encuentro, y las preposiciones siguen en uso. Buen y mal uso, pero uso inevitable. Y los errores que le mostré al editor aquella vez se han ido multiplicando al mismo ritmo que ha ido disminuyendo el cuidado de la gramática entre escribientes de todos los estratos, incluidos algunos periodistas.
Hay 17 preposiciones famosas, a, ante, bajo, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre, tras, que no son más que una pequeña muestra de las cerca de 80 que existen.
Dudas
Veamos algunas de las más comunes dudas en el uso de las preposiciones.
“Participa en” significa que ‘toma parte’, “participa en la reunión de Derecho Tributario”, mientras que “participa de” significa ‘se beneficia’, “participa de las utilidades de la empresa”. “Presume”, sin preposición, significa ‘supone’, “presume que en la Junta hay crisis”, mientras que “presume de” significa ‘alardea’, “presume de su nuevo y lujoso Mercedes Benz”. “Aspira”, sin preposición, es ‘pasa la aspiradora’, “Juan aspira la Presidencia”, mientras que “aspira a” es ‘espera llegar’, “Rodolfo aspira a la Presidencia”.
Los verbos transitivos no van con la preposición “de”, “dijo de que no”, “piensa de que lo van a ascender”, “cree de que le van a subir el sueldo”. Ese “de” sobra y origina el error llamado dequeísmo. En cambio, los verbos intransitivos suelen llevar preposición, y, si lo que sigue es el complemento de materia, tal preposición es “de”, “Está seguro de su solvencia”, “Habló de su posgrado en Derecho Tributario”, “Se olvidó de su compromiso con la ex”. Esa preposición “de” debe conservarse cuando siga la conjunción “que” y se forme la tan temida secuencia “de que”, “Está seguro de que puede pagar”, “Habló de que su posgrado le amplió su horizonte profesional”, “Se olvidó de que tenía ese compromiso con su ex”. Es frecuente que en estos casos se omita la preposición “de”, error que la Academia llama queísmo y algunos autores denominan dequefobia. Hay que dejar la preposición “de” (“Está seguro de que puede...”, “Hablo de que...”, “Se olvidó de que...).
Remato con el famosísimo “vaso de agua”, que expresa válidamente ‘cantidad’ o ‘contenido’, como “copa de champaña”, “balde de agua”, “barril de cerveza”, y que suele cambiarse equivocadamente por “vaso con agua”, locución que no indica cuánta agua hay, sino simple presencia del líquido, una gota o 200 mililitros, cualquier cantidad.
Personas
Cita de radio: “Murieron tres uniformados y cuatro personas”. ¿Acaso los uniformados no son personas? Mejor: “Murieron siete personas” o “Murieron tres uniformados y cuatro civiles” o “Murieron siete personas: tres uniformados y cuatro civiles”.
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