Retos de los contadores públicos desde la mirada de un economista
Los contadores han fortalecido sus competencias técnicas para incidir positivamente en la calidad de la información financiera.
06 de Marzo de 2025
Freddy Armando Castaño Pineda
Secretario General de la Contaduría General de la Nación
He tenido la oportunidad de compartir por más de 25 años, en el campo profesional y académico, con los contadores públicos. Compañeros, amigos y familiares. De hecho, he compartido más mi vida profesional y académica con los contadores que con mis colegas de profesión. Supongo que esta experiencia motivó la generosa invitación a escribir estas breves líneas.
La interacción antes referida me llena de orgullo, pues me ha permitido estar cerca de la disciplina contable y, en ese lapso y en esa interacción, he tenido la posibilidad de ser testigo tanto de la evolución profesional como de los retos y demandas hacia el contador público. Por ello, a continuación, me atrevo, con respeto y admiración, a esbozar los principales retos que, desde mi mirada, han venido consolidándose como relevantes para esta profesión.
En primera instancia, me referiré al posicionamiento de la disciplina. Para quienes no somos contadores, y creo que para la sociedad en general, el contador público tiene una facultad que inspira respeto y admiración, al atestar o suscribir, dando fe pública. No obstante, considero que la evolución de las demandas hacia el profesional debe llevar a un reposicionamiento de esta facultad. La profesión ha evolucionado de tal manera que, más allá del atestamiento y la certificación, siendo incluso auxiliar de la justicia, la experticia sobre temas cada vez más técnicos y complejos, como pueden ser el aseguramiento de estimaciones obtenidas a través de cálculos actuariales o el aseguramiento de información condensada en un informe de gestión y sostenibilidad, merece mayor reconocimiento; lo cual debe ser objeto de acciones concretas al interior de la profesión.
La otra arista que considero central, si hablamos de los retos de la profesión, es la asunción del enfoque gerencial en cualquiera de las facetas en las que se desempeña el profesional de la Contaduría Pública. Sin importar cuál sea el énfasis o la especialización profesional, es pertinente que el contador asuma una posición gerencial; la cual deviene, indudablemente, del conocimiento integral del negocio y del entorno en el que opera la empresa pública o privada. Ello implica trascender de la órbita del cumplimiento a la esfera de la utilidad de la información que prepara, presenta, publica, audita o reporta el contador público.
De este modo, la comprensión integral de lo que sucede en las organizaciones y la evolución de las entidades y de su entorno implica que el profesional esté en capacidad de preparar y presentar informes financieros y, cada vez más, no financieros. Ello requiere aplicar capacidad analítica y propositiva, fundada en información útil y confiable para diversos usuarios, que, a la vez, resulte contrastable o verificable con la información originada en diferentes fuentes o áreas. Esto, que suena práctico y si se quiere simplista, exige el desarrollo riguroso de competencias técnicas, así como el fortalecimiento estructural de habilidades blandas asociadas al liderazgo.
Indudablemente, los contadores han fortalecido sus competencias técnicas para incidir positivamente en la calidad de la información financiera; no obstante, si pensamos en la preparación, revelación y presentación de estados financieros, constituye un reto seguir implementando prácticas tendientes a una presentación mucho más enfocada en aspectos materiales y, sobre todo, a impactar la utilidad de la información, a partir de la revelación de forma más detallada y explícita de los hechos que suponen mayor relevancia para los grupos de interés.
Si nos ubicamos desde el rol del auditor, es perentorio el entendimiento integral de la operación de las entidades que se auditan y del entorno en el que se desempeñan, ampliando el alcance de la auditoría a la generación de valor a las organizaciones, trascendiendo así, nuevamente, la verificación de requisitos de cumplimiento.
Finalmente, si pensamos en la necesidad de liderar la producción de información no financiera, los contadores tendrán que afrontar los retos de aprehender y aplicar técnicas de valoración y medición y, más aún, deberán evolucionar en la relación y entendimiento con otras disciplinas y profesiones. Ingenieros ambientales, economistas, administradores, ingenieros civiles, abogados, entre otros profesionales son quienes hoy aportan los insumos que el contador compila, centraliza, analiza, sistematiza, estructura y procesa para generar informes y reportes.
En este sentido, todo ello no solo exige la capacidad analítica de datos históricos por parte de los contadores, sino también de datos prospectivos, con creciente aplicación de herramientas tecnológicas que sirven al profesional para el procesamiento y análisis. Adicionalmente, en la era de la inteligencia artificial, es clave que estos profesionales le brinden relevancia a los análisis y juicios en los que el ser humano guarda ventajas competitivas, no obstante el avance tecnológico.
¡Bienvenido a nuestra sección de comentarios!
Para unirte a la conversación, necesitas estar suscrito.
Suscríbete ahora y sé parte de nuestra comunidad de lectores. ¡Tu opinión es importante!