El Consejo Superior de la Judicatura reprochó la conducta de un abogado que pretendía que no le pagaran los honorarios a través del despacho que conocía el proceso que llevaba, para evitar el embargo de los recursos, que estaban comprometidos con ocasión de otros procesos que habían cursado en esa misma oficina. El profesional quería que el pago se le hiciera directamente en su cuenta bancaria. El alto tribunal consideró que esta actuación se tipifica en una de las faltas del artículo 30 (numeral 4) del Código Disciplinario de Abogado (Ley 1123 de 2007), vigente para la ocurrencia de los hechos, al encontrar que el abogado actuó en la modalidad de dolo, con la intención de engañar a los deudores y reprochó la acción del disciplinado al intentar pasar por encima de la administración de justicia (M.P. José Ovidio Claros Polanco).