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Mentoría y redes de apoyo: herramientas para romper el techo de cristal

Romper el techo de cristal no debe ser una tarea solitaria, sino un esfuerzo colectivo que garantice que más mujeres puedan avanzar.
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10 de Marzo de 2025

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Juliana Morad Acero
Codirectora del Observatorio Laboral y directora del Departamento de Derecho Laboral de la Universidad Javeriana

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Dalia Orduz
Abogada de la Universidad de Los Andes con opción en gobierno. Especialista en Derecho Laboral y magíster en Derecho Laboral y Seguridad Social de la Universidad Javeriana

El acceso a puestos de liderazgo en el ámbito jurídico ha sido históricamente limitado para las mujeres. A pesar de los avances en equidad de género, persisten barreras estructurales y culturales que dificultan el ascenso en el mundo laboral en general y, en particular, en el derecho del trabajo, ya sea en el litigio, la Rama Judicial, la academia, las organizaciones sindicales o las firmas de abogados. Una de las estrategias más efectivas para enfrentar estos obstáculos ha sido el fortalecimiento de la mentoría y las redes de apoyo.

El concepto o la metáfora del techo de cristal describe las barreras invisibles que impiden a las mujeres acceder a posiciones de poder y toma de decisiones. Tal como se plasma en el libro Desafiando barreras: rompiendo techos de cristal, este fenómeno se refleja en la baja representación de mujeres en altas cortes, en los cargos de dirección de firmas de abogados, en las universidades (liderando departamentos, siendo decanas y rectoras), así como en las organizaciones sindicales. A pesar de que cada vez más mujeres estudian Derecho y acceden a la profesión, el ascenso en la jerarquía sigue siendo desigual.

Las razones de esta brecha incluyen sesgos de género, falta de políticas que concilien lo laboral y familiar, y la escasez de redes de apoyo que impulsen el crecimiento profesional de las abogadas. Ante este panorama, la mentoría se presenta como una herramienta fundamental para desafiar estas limitaciones.

En el ámbito jurídico, tener una mentora o un mentor puede marcar la diferencia en el desarrollo de la carrera de una abogada. Un buen mentor no solo ofrece conocimientos técnicos, sino que también ayuda a navegar los desafíos del sector, brinda acceso a oportunidades y fomenta la confianza en el ejercicio profesional.

Existen múltiples beneficios de la mentoría, tales como: (i) acceso a redes de influencia, (ii) orientación en el desarrollo profesional y (iii) reducción del síndrome del impostor. Muchas mujeres en el Derecho enfrentan dudas sobre sus capacidades, en parte por la falta de referentes en posiciones de liderazgo. Sin embargo, ver cómo otras mujeres han logrado romper barreras genera confianza en que es posible, aun con esfuerzo, con dolor y hasta con sacrificios personales, como lo demostraron los testimonios de abogadas entrevistadas en Desafiando barreras.

Más allá de la mentoría individual, las redes de apoyo conformadas por mujeres en el Derecho han sido clave para generar cambios estructurales. Estas redes pueden manifestarse en asociaciones de abogadas, colectivos académicos, grupos de trabajo dentro de firmas de abogados y espacios de encuentro en la Rama Judicial.

Adicionalmente, de estas redes surgen ideas innovadoras y admiradas. Se han impulsado reformas y acciones concretas para promover la equidad, como cuotas de género y medidas contra el acoso en el trabajo. Compartir experiencias con otras mujeres que han enfrentado desafíos similares permite generar estrategias colectivas para enfrentar la discriminación y el sesgo de género.

Así, para que más mujeres rompan el techo de cristal en el ámbito jurídico, es necesario fortalecer la mentoría y consolidar redes de apoyo efectivas. Esto requiere una transformación en las firmas, la academia, las empresas, los sindicatos y la Rama Judicial, así como el compromiso de quienes ya ocupan posiciones de liderazgo para abrir camino a las que están subiendo esa escalera profesional.

Romper el techo de cristal no debe ser una tarea solitaria, sino un esfuerzo colectivo que garantice que más mujeres puedan avanzar sin enfrentarse a barreras que, aunque invisibles, siguen estando presentes.

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