Luego de la polémica muerte de Dennis McGuire, un recluso de 53 años condenado por la violación y asesinato de una mujer embarazada en 1989, legisladores de Missouri y Wyoming (EE UU) propusieron restituir el fusilamiento como método de ejecución en los casos de pena de muerte.

Hasta ahora, de las 54 ejecuciones realizadas en Ohio, la de McGuire ha sido una de las de más tortuosas y de más duración. El recluso fue ejecutado con el sedante midazolam y el analgésico hidromorfona, drogas que no habían sido utilizadas antes. Testigos aseguraron que McGuire jadeó con intensidad y emitió fuertes ronquidos durante al menos 15 minutos.

Autoridades de Ohio argumentaron que se vieron obligadas a utilizar esta mezcla, ante la dificultad a la hora de obtener los medicamentos para las inyecciones letales, ya que algunas empresas farmacéuticas se han negado elaborarlos. Ante este hecho, opositores de este tipo de ejecución advirtieron que se está “experimentando con diferentes fármacos sin conocer sus efectos, lo que puede conducir a muertes dolorosas e inconstitucionales”.

Precisamente, la semana pasada, el representante republicano de Missouri Rick Brattin presentó un proyecto de ley para permitir el fusilamiento. Brattin argumentó que las inyecciones letales obligan a las familias de las víctimas a esperar demasiado tiempo a que se haga justicia. En su opinión, “la gente sufre con cada tipo de muerte, esto no es menos humano que la inyección letal”, aseguró.

Actualmente, en Missouri, solo se pueden realizar ejecuciones por medio de la inyección letal o por gas. Sin embargo, este último método no se utiliza desde 1965.

El senador republicano de Wyoming Bruce Burns también presentó una iniciativa para agregar el pelotón de fusilamiento como una opción de ejecución. “Si yo pudiera elegir, me gustaría tener el pelotón de fusilamiento sobre la inyección letal (…). Considero francamente que la cámara de gas es cruel e inusual, así que me fui con el del pelotón de fusilamiento, ya que también se tiene en Utah”, agregó.

Hoy, Oklahoma es el único Estado que autoriza el fusilamiento, pero solo si la inyección letal y la cámara de gas son declaradas inconstitucionales.

Con información de Vanguardia,  El Universal y Univisión