Cuando una persona sufre un daño ocasionado por otra con la que mantenía un negocio pero no existe un contrato formal puede iniciar un proceso de responsabilidad civil. De acuerdo con el Ministerio de Justicia, es indispensable demostrar que ocurrió un perjuicio y que fue causado por una conducta culposa o negligente. No puede hablarse de responsabilidad civil si no hay un daño comprobable.

La culpa surge del incumplimiento de normas básicas de conducta establecidas por el ordenamiento jurídico, mientras que la negligencia se presenta cuando se omite la diligencia debida, aunque no haya intención de causar daño. En estos casos, el afectado puede solicitar una indemnización que contemple tanto el daño emergente (valor del bien perdido) como el lucro cesante (ganancia que dejó de obtenerse). (Lea: Estas son las acciones legales y conciliatorias ante incumplimientos contractuales)

El proceso se debe adelantar ante un juez civil o con apoyo de consultorios jurídicos y requiere necesariamente la representación de un abogado. Entre los requisitos están la identificación de las partes, los hechos que originaron el daño, las pruebas, el juramento estimatorio cuando sea necesario y la mención de las normas jurídicas aplicables. También debe especificarse el valor estimado del perjuicio.

Además, si antes del proceso judicial se intentó una conciliación sin éxito es obligatorio anexar el acta de conciliación negativa. Aunque el proceso tiene un costo, como los honorarios del abogado, la ley garantiza el derecho a reclamar la reparación integral del daño sufrido, incluso si no hay contrato, siempre que se cumplan los requisitos exigidos y se demuestre debidamente la responsabilidad.

Gracias por leernos. Recuerde que si es suscriptor puede descargar el documento soporte de esta noticia en el menú superior. Si le gusta estar informado, suscríbase y acceda a todas nuestras noticias, los datos identificadores y los documentos sin límites.