Inteligencia artificial: ¿el salvador de la justicia colombiana o un nuevo caballo de Troya?
13 de Febrero de 2025
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Andrés Guzmán Caballero
Comisionado Presidencial de Derechos Humanos y Libertad de Expresión de El Salvador
La justicia en Colombia, un sistema que a menudo se asemeja a un laberinto burocrático con salidas falsas y demoras exasperantes, clama por una transformación. En este escenario de ineficiencia y desconfianza ciudadana, surge la inteligencia artificial (IA) como un potencial mesías o, quizás, como otro espejismo tecnológico: el año 2023 conté más 200 congresos de abogados e IA el país. Es innegable que la IA puede optimizar procesos judiciales, pero no debe interpretarse como un sustituto de la labor humana, especialmente de los jueces. La idea de que un algoritmo pueda reemplazar el juicio ponderado de un ser humano es, en sí misma, un concepto digno de ser analizado con una buena dosis de sarcasmo y escepticismo.
Los derechos, esas prerrogativas y libertades que se asignan a los seres humanos, solo tienen sentido práctico si se pueden hacer valer, ya sea de forma directa o a través de la institucionalidad. El sistema judicial colombiano, con su proverbial lentitud y complejidad, parece olvidar este principio fundamental. La percepción ciudadana de la justicia es alarmantemente negativa, con casi la mitad de la población teniendo un concepto poco favorable de las entidades judiciales. Esta falta de confianza se alimenta de la ineficiencia, la demora en la resolución de casos y la percepción de impunidad. La IA, en teoría, podría abordar algunos de estos problemas, pero debemos ser cautelosos al confiar en una tecnología que también puede perpetuar sesgos y errores.
En el contexto colombiano, donde la corrupción y la falta de transparencia son problemas endémicos, la IA podría ser una herramienta valiosa para aumentar la eficiencia y la transparencia en el sistema judicial. Sin embargo, la adopción de estas tecnologías debe ir acompañada de una profunda reflexión ética y de la implementación de controles rigurosos. La automatización de tareas administrativas, la gestión de expedientes y el análisis de jurisprudencia son áreas donde la IA puede aportar beneficios reales. Sin embargo, es fundamental que la IA no se convierta en una excusa para eludir la responsabilidad humana.
La Rama Judicial, con su sobrecarga de trabajo y recursos limitados, podría beneficiarse enormemente de la IA para la gestión documental, la priorización de casos y la identificación de patrones de conflictividad. Pero, ¿cómo garantizar que los algoritmos no perpetúen las desigualdades existentes en el sistema? Es esencial que se implementen mecanismos de supervisión y control humano para evitar que la IA tome decisiones que afecten los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Como un recordatorio de los riesgos asociados al uso indiscriminado de la IA, tenemos el famoso caso de un juez colombiano que usó ChatGPT para sustanciar una decisión judicial, lo que generó un debate sobre la ética y la responsabilidad en el uso de la tecnología en el sistema judicial. La Corte Constitucional, ante este caso, ordenó al Consejo Superior de la Judicatura divulgar una guía sobre el uso de la IA en la Rama Judicial, poniendo énfasis en la no sustitución de la racionalidad humana y la necesidad de atender cargas de transparencia, responsabilidad y privacidad; con la velocidad de la IA, lo veo complejo. Esta decisión resalta la necesidad de más que un marco regulatorio, se cree una oficina de IA con ingenieros y desarrolladores al frente con metas claras y robustas para la implementación de la IA en el sector justicia.
El problema no es la tecnología, sino cómo la utilizamos. La IA no es un sustituto para el intelecto humano; es una herramienta que, bien utilizada, puede mejorar la eficiencia y la transparencia de la justicia. La clave está en complementar la capacidad humana con el poder de la IA, pero nunca reemplazándola. Los jueces no son simplemente aplicadores de normas, sino intérpretes de la ley, mediadores de conflictos y defensores de los derechos. Estas funciones requieren de empatía, juicio y sabiduría, cualidades que difícilmente un algoritmo podrá replicar.
El caso de China: un ejemplo de automatización con precauciones
En China, el uso de la IA en el sistema judicial es una realidad en varios tribunales. Un ejemplo es el tribunal de la ciudad de Hangzhou, que cuenta con un asistente de IA llamado Xiao Zhi 3.0, o “Pequeño Sabio”, que tiene como objetivo la agilización de casos menores. Durante un piloto, esta herramienta resolvió casos de préstamos estudiantiles en aproximadamente 30 minutos, mientras que el proceso tradicional hubiera tomado varias semanas. Sin embargo, es importante destacar que incluso en este contexto, la IA es vista como una herramienta de apoyo y no como un reemplazo para los jueces.
Es fundamental entender el contexto político y social de China, donde la prioridad puede ser la eficiencia y la estabilidad por encima de otros valores que pueden ser más importantes en Occidente, como el debido proceso y la protección de derechos individuales. Este contraste subraya la importancia de adaptar el uso de la IA a los valores y principios de cada país. La mera replicación de modelos de otros países, como China, sin una consideración del contexto local puede tener resultados desastrosos.
Gestión de expedientes con NotebookLM: un caso práctico
Para ilustrar cómo la IA puede ayudar en la gestión de expedientes sin reemplazar la labor del juez, podemos recurrir a herramientas como NotebookLM, herramienta de Google, que crea universo solo con la información que se sube, por ejemplo, un expediente, pues piensa y no genera información de fantasía como lo hace ChatGPT, solo información sobre la información que se le carga. Es una solución innovadora. Esta herramienta permite:
Cargar y organizar información: NotebookLM puede procesar grandes volúmenes de texto, como expedientes judiciales, transcripciones de audiencias y otros documentos relevantes. La herramienta organiza esta información de forma estructurada, permitiendo a los abogados y jueces acceder rápidamente a los datos que necesitan.
Análisis y resumen: La IA de NotebookLM puede analizar la información cargada y generar resúmenes concisos. Esto puede ahorrar tiempo y esfuerzo a los profesionales del Derecho, quienes ya no tendrán que pasar horas leyendo documentos extensos. Además, la herramienta puede identificar los puntos más importantes de cada documento y establecer relaciones entre ellos.
Generación de líneas de tiempo y testimonios: NotebookLM puede generar líneas de tiempo que muestren la evolución de un caso judicial, incluyendo las fechas de las diferentes actuaciones procesales y la aparición de los testimonios de las partes y testigos. También puede extraer los testimonios relevantes, facilitando su análisis y comparación.
Análisis jurídico con asistentes de IA: La herramienta permite integrar asistentes de IA que pueden analizar la información desde una perspectiva jurídica, identificando precedentes judiciales relevantes o las normas aplicables a un caso concreto. Esto puede ayudar a los profesionales del Derecho a construir argumentos más sólidos y a tomar decisiones informadas.
¿Cómo funciona en la práctica?
En la práctica, un abogado podría utilizar NotebookLM para:
(i) Cargar un expediente: subir todos los documentos relevantes del caso a la plataforma.
(ii) Organizar y analizar: la IA procesa los documentos, los organiza y genera resúmenes.
(iii) Generar líneas de tiempo: identificar las fechas clave y crear una línea de tiempo del proceso.
(iv) Analizar testimonios: extraer y comparar los testimonios de las partes y los testigos.
(v) Integrar asistentes de IA: solicitar análisis jurídicos y recomendaciones basadas en la jurisprudencia y la legislación.
De esta forma, NotebookLM, y otras herramientas similares, permiten una gestión de expedientes más eficiente, pero siempre bajo la supervisión y el control de los profesionales del Derecho. La IA no toma decisiones, solo ayuda a los humanos a tomarlas de manera más informada y eficiente.
En conclusión, la IA puede ser una aliada valiosa para transformar la justicia colombiana, siempre y cuando se utilice de forma ética, responsable y transparente. Es fundamental que la tecnología se ponga al servicio de los derechos y la dignidad de las personas, y no se convierta en una excusa para perpetuar la impunidad y la injusticia. La clave está en complementar la capacidad humana con el poder de la IA, pero nunca reemplazándola. La justicia, después de todo, es un valor humano y, como tal, debe ser gestionada por seres humanos.
Nota aclaratoria: Este es un artículo académico que no refleja el punto de vista del gobierno de El Salvador.
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