Sindicalismo y mujeres (I)
11 de Octubre de 2023
Juliana Morad Acero
Abogada, filósofa y estudiante del doctorado en Economía de la Universidad Javeriana
Con el ánimo de celebrar los aportes de figuras destacadas como Betsabé Espinal, quien lideró la primera huelga femenina en Colombia en 1920 y contribuyó de manera notable al movimiento sindical y al avance de los derechos de las trabajadoras en el país, o de Miryam Luz Triana, quien se convirtió en la primera presidenta de la Confederación General del Trabajo, y de muchas otras, queremos resaltar el largo camino que aún deben transitar las mujeres en el sindicalismo.
A lo largo de la historia, las mujeres han desempeñado un papel fundamental en la lucha por los derechos laborales y la igualdad en el lugar de trabajo. Sin embargo, este camino ha estado plagado de obstáculos y desafíos que requieren una atención continua.
Cultura organizativa masculinizada y barreras en el liderazgo femenino
En muchos sectores y empresas, la cultura organizativa ha estado históricamente masculinizada, lo que ha generado desafíos significativos para que las mujeres avancen en roles de liderazgo. Investigaciones recientes han arrojado luz sobre las barreras que enfrentan las mujeres en sus esfuerzos por acceder a posiciones de liderazgo, abarcando desde la educación superior hasta la hostelería y el turismo, y desde el sector sin fines de lucro hasta áreas como la salud, la academia y los negocios. Incluso, en industrias que promueven la inclusividad y la diversidad, como la conservación, las mujeres líderes se topan con una serie de obstáculos, desde prejuicios de género hasta desigualdades salariales, acoso y formas de exclusión tanto formales como informales.
Una tendencia preocupante en este contexto es que las mujeres, a menudo, evalúan el liderazgo femenino de manera más crítica que el liderazgo masculino. Esta evaluación crítica, en gran medida, se basa en estereotipos de género arraigados en la sociedad, lo que complica aún más el camino hacia el liderazgo para las mujeres. Es importante señalar que las diferencias en el comportamiento de liderazgo suelen estar más relacionadas con el contexto y las circunstancias que con el género en sí mismo.
La brecha entre retórica e igualdad de género
A pesar de los discursos y las políticas de igualdad de género en el liderazgo organizativo, existe una brecha significativa entre estas declaraciones y la realidad en muchas organizaciones. Incluso en aquellas que promueven el concepto de “liderazgo compartido”, donde se supone que hombres y mujeres tienen igual capacidad de toma de decisiones, las mujeres no siempre son tratadas de la misma manera que sus colegas masculinos.
La persistencia de estereotipos de género que retratan a las mujeres como menos adecuadas para el liderazgo contribuye a la discriminación salarial y de promoción, así como a una mayor carga de responsabilidades relacionadas con el cuidado de los hijos y las tareas domésticas. Además, las mujeres pueden enfrentar dificultades para acceder a mentores y redes de apoyo, que son fundamentales para el crecimiento y el éxito en el liderazgo.
La representación de las mujeres en el sindicalismo
Históricamente, los sindicatos también han sido predominantemente masculinos en los grandes lugares de trabajo. Aunque esta situación está evolucionando lentamente, los hombres aún superan en número a las mujeres, tanto en términos de afiliación como de ocupación de puestos de liderazgo sindical. Sin embargo, en la última década, ha habido un aumento en la afiliación sindical de mujeres. Hasta noviembre del 2019, la Confederación Sindical Internacional (CSI) contaba con más de 200 millones de miembros en 332 organizaciones afiliadas de 163 países y territorios en todo el mundo, de los cuales más de 80 millones eran mujeres.
En términos de tasas de afiliación sindical, las mujeres tienden a estar más representadas en el sector público, donde suele haber una mayor proporción de empleadas. En la CSI y la Confederación Europea de Sindicatos (CES), las tasas de afiliación de las mujeres alcanzan, en promedio, el 42 % y el 43,5 %, respectivamente. Sin embargo, cuando se trata de la representación de las mujeres en roles de liderazgo sindical, las cifras muestran una brecha significativa. En el caso de la CSI, la representación media de las mujeres en los niveles más altos de toma de decisiones es del 28 %, y en el caso de la CES, solo 11 de las 39 confederaciones afiliadas cuentan con mujeres en puestos de liderazgo clave.
Participación de las mujeres en el diálogo social y negociación colectiva
A nivel nacional, las mujeres también están subrepresentadas en los órganos de diálogo social, como los consejos económicos y sociales, las comisiones tripartitas y los consejos consultivos laborales. Los datos indican que la presencia de mujeres en el proceso de negociación colectiva es crucial para lograr resultados beneficiosos para ellas. Es fundamental que las mujeres tengan igualdad de oportunidades para participar en sindicatos y asumir roles de liderazgo tanto en sindicatos como en procesos de negociación colectiva.
El aumento de la afiliación sindical de mujeres
En las últimas décadas, uno de los cambios más significativos en los sindicatos ha sido el aumento en la afiliación sindical de mujeres, un proceso que comenzó alrededor de 1970 y que ha ocurrido en la mayoría de los lugares. En la actualidad, en diferentes partes y países del mundo como Europa Central y Oriental, Europa del Norte, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y el Reino Unido, hay más mujeres que hombres en los sindicatos. Sin embargo, a pesar de este aumento en la afiliación de mujeres, la representación de las mujeres en puestos de liderazgo sindical sigue siendo baja en comparación con la de los hombres.
Diversidad en el liderazgo sindical y estrategias de género
En el mundo, las mujeres representan solo el 28 % de los miembros en los máximos órganos decisorios de los sindicatos, mientras que en los sindicatos europeos esta cifra asciende al 35 %. Esto ha generado una presión constante para aumentar la diversidad en el liderazgo sindical, lo que puede resultar en estrategias organizativas más sensibles a cuestiones de género, especialmente para las mujeres.
En Europa, la mayoría de las organizaciones sindicales cuentan con comités específicos de género o igualdad/diversidad, aunque alrededor del 16 % aún no lo tiene. Además, algunos países del G7 han implementado sistemas de cuotas para mejorar la representación de las mujeres en sindicatos y comités de negociación colectiva.
Desafíos y oportunidades en el sindicalismo para las mujeres
A pesar de estos avances en la representación de las mujeres en los sindicatos, el movimiento sindical enfrenta desafíos significativos cuando se trata de comprender y abordar adecuadamente las complejas conexiones con la opresión de género. La falta de comprensión y la influencia de la formación ideológico-cultural de quienes lideran el sindicalismo, a menudo, resultan en una subestimación de las demandas presentadas por las mujeres y en una escasa sensibilidad para identificar y combatir las discriminaciones específicas que enfrentan en el mundo laboral.
En resumen, el movimiento sindical se enfrenta a un desafío importante en cuanto a la representación y la participación efectiva de las mujeres. La falta de atención a las cuestiones de género y la falta de acción concreta para abordar las discriminaciones de género perpetúan la desigualdad en el mundo laboral. Para lograr una mayor igualdad de género en el sindicalismo, es esencial que se reconozcan y aborden estos problemas de manera efectiva y que se promueva la participación activa de las mujeres en todos los niveles del movimiento sindical, empezando, por supuesto, por el reconocimiento de los roles de liderazgo femeninos, sobre todo desde el Ministerio de Trabajo.
Opina, Comenta