Impuestos saludables marcarán la agenda de la reforma tributaria

El proyecto de reforma tributaria radicado ayer por el Gobierno (descargue el texto oficial) tiene discutiendo al país no solo por temas como el impuesto de renta, también por las propuestas que afectarían a algunos alimentos de consumo popular.

Y es que el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, planteó un impuesto a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados y con alto contenido de azúcares añadidos.

En la propuesta se argumenta que Colombia es uno de los pocos países de la región que no ha implementado impuestos a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados.

Y es que el consumo de bebidas azucaradas es una de las principales causas asociadas a enfermedades como la diabetes, cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

Es un tema de salud pública que impacta la cuenta de alto costo del Sistema General de Seguridad Social en Salud; con corte a 2020, tres de cada 100 ciudadanos sufría de diabetes.

Sobre los alimentos ultraprocesados o "comida chatarra" hay que decir que generan enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer, generando un gasto al sistema de salud de, aproximadamente, $ 25 billones anuales (2,1 % del PIB), dice el Ejecutivo.

La iniciativa dice que la experiencia internacional sugiere que estos impuestos son efectivos a la hora de reducir el consumo de estos productos, lo cual convierte al proyecto de ley no solo en una reforma tributaria sino en una política de salud pública para que debatan los congresistas.

En este contexto, es bueno recordar que el Legislativo, con la Ley 2120 del 2021, ha avanzado en el tema de que la población tome decisiones informadas respecto a su nutrición. Esta norma reglamenta la implementación de sellos frontales de advertencia para identificar alimentos ultraprocesados con exceso de azúcar, sodio o grasas saturadas.

Además, el anterior ministro de Salud, Fernando Ruiz, planteó cómo será el nuevo etiquetado para comida procesada.

Organizaciones de padres han apoyado este tema y se han convertido en un actor válido a la hora de presionar la toma de decisiones de política pública.

Por su lado, la oposición se encuentra analizando la propuesta y pronto hará sus comentarios al articulado.