Cuando el artículo 61 del Código de Comercio dispone que los libros y papeles del comerciante no pueden ser examinados por personas distintas a sus propietarios o personas autorizadas por ellos, no puede entenderse que algunos datos, por estar contenidos allí, resulten reservados, pues muchas veces esa misma información está en los estados financieros del mismo comerciante, los cuales son de público conocimiento, precisó la Superintendencia de Sociedades. De acuerdo con lo previsto en el artículo 34 de la Ley 222 de 1995, los estados financieros y demás información financiera que reposa en las diferentes entidades públicas o privadas puede entregarse a terceros interesados, sin ninguna restricción o reserva, salvo algunos anexos, indicó la entidad.