Esta es la principal propuesta de un proyecto de ley de autoría parlamentaria que busca establecer normas sobre servicio exterior aplicable a los aspirantes a ser nombrados como embajadores, ministros, plenipotenciarios o cónsules generales. Así las cosas, los aspirantes, además de los requisitos previstos en la Constitución, deberán cumplir las siguientes condiciones: i) ser colombiano de nacimiento y no tener doble nacionalidad; ii) tener título profesional universitario reconocido por el Estado; iii) tener definida su situación militar; iii) hablar y escribir correctamente un idioma de uso diplomático distinto al castellano; iv)  aprobar diplomado en la Academia Diplomática de la Cancillería en las materias propias al cargo y v) haber sustentado sus aspiraciones en audiencia pública ante sesión conjunta de las comisiones segundas constitucionales permanentes del Congreso. Será responsabilidad del Ministerio de Relaciones Exteriores adoptar las medidas necesarias en relación con la academia diplomática, con el propósito de brindar diplomados de duración no mayor a tres meses ni menor a un mes para otorgar idoneidad académica a los aspirantes a cualquiera de los cargos arriba señalados. De acuerdo a lo señalado dentro de la exposición de motivos, la iniciativa se presenta a consideración del Congreso como consecuencia del nombramiento de Carlos Calero como cónsul de Colombia en San Francisco (EE UU), puesto que si bien se está en presencia de un cargo de libre nombramiento y remoción, no deben menospreciarse los aspectos en los cuales son evaluados los representantes del Estado internacionalmente.