Invitado
“En materia de factura electrónica, estamos a la par con el ámbito internacional”
18 de Abril de 2016
Por: Manolo Villota Benítez
Redactor Ámbito Jurídico
En Twitter: @MVTEZ
El entorno mercantil recibió a finales del 2015 una de las noticias más importantes en el sector: se dio el gran paso hacia la masificación de la factura electrónica, con la expedición del Decreto 2242 del 2015.
Hoy, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) se encuentra trabajando en ese proceso, que espera instaurar completamente en el 2018. ÁMBITO JURÍDICO habló con Leonardo Sicard, director de gestión de fiscalización de la DIAN, sobre las novedades del decreto, el plan de masificación y la importancia de esta figura virtual.
ÁMBITO JURÍDICO: ¿Qué novedades trae el decreto de masificación de la factura electrónica?
Leonardo Sicard: El decreto expedido el año pasado (D. 2242/15) le da vida al tema de la factura electrónica, a pesar de que Colombia ha venido trabajando muy limitadamente en este aspecto.
El decreto busca darle una vida jurídica y práctica a este elemento, una estructura técnica y unos esquemas de procedimiento de cómo se va a manejar. Luego de la norma, la DIAN expidió una reglamentación muy técnica, donde se dan las pautas para quienes quieran prestar el servicio. La disposición está concebida para que, en el año 2018, tengamos a todo el universo de contribuyentes inmersos en el régimen de la factura electrónica.
Á. J.: ¿Qué pasará con la factura electrónica como título valor?
L. S.: El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincomercio) está trabajando en ese aspecto. Ya el decreto trajo implícitas algunas regulaciones en materia de título valor para temas como el factoring. Lo que se puede esperar es que el elemento electrónico que resulte sea un título con todas las especificaciones y codificaciones que se exijan, además de la aprobación que debe darle la DIAN.
Es el Mincomercio el que está trabajando en esas regulaciones. Habrá condiciones necesarias para que esta figura tenga las políticas suficientes para que se desarrolle como título valor.
Á. J.: ¿Podría desarrollar un poco más la idea de la coordinación que llevan a cabo con el Mincomercio?
L. S.: El Decreto 2242 fue trabajado y estructurado en coordinación con el Mincomercio y algunas entidades adscritas a este, como la Superintendencia de Industria y Comercio (Superindustria). De los temas interesantes que se manejaron fueron el de las Pymes y Mipymes.
Se ha establecido que en el transcurso del tiempo, el Estado tiene que otorgar a estas figuras las facilidades para que puedan usar el sistema sin preocupación. Ellas no van a tener que adquirir un software especial para la facturación, sino que la DIAN está obligada a entregarles el mecanismo para que puedan acceder directamente al servicio. Esto, seguramente, se hará a través de la página de la entidad.
Á. J.: Suele haber preocupación sobre el tema de seguridad informática. ¿Cómo se planea reforzarlo?
L. S.: Claramente, la DIAN tiene sus sistemas de seguridad informática en buenas condiciones. Sin embargo, la norma establece unos requerimientos específicos en este tema. La entidad está trabajando en la estructura de la información que se posee y cómo se va a almacenar.
El aspecto tecnológico en cuestión de factura electrónica va a tener independencia frente a otros temas informáticos de la DIAN. Va a tener sus propios servidores y sus accesos para que haya seguridad plena. Es un trabajo específico que se encuentra realizando nuestra área tecnológica, para darle toda la seguridad al contribuyente y al Estado de que las cosas se hagan bien.
Á. J.: Se ha dado a conocer que se ejecutará un piloto antes de implementar la factura. ¿En qué consiste y bajo qué criterios?
L. S.: Ha sido un tema voluntario por parte de los contribuyentes. Lo que quisimos fue recibir representantes de todos los sectores: prestación de servicios, puertos, almacenes de cadena, etc. Además de la diversidad, quisimos que tuvieran, claramente, grandes volúmenes de transacciones. Es necesario hacer el piloto en empresas grandes para la implementación se realice de manera progresiva, con el fin de que crezca el sistema.
En ese proceso, los voluntarios podrán elegir y contratar su proveedor de servicios y empezarán a operar. Eso les ayudará a realizar los procesos con la DIAN. La prueba piloto arrancará el próximo 18 de abril y esperamos que dure cuatro meses, para saber cómo funciona el mecanismo. Estas compañías nos marcarán el derrotero de cómo ir implementando la factura para luego masificarla.
Á. J.: Aparte de la evasión, ¿se espera que este mecanismo también ataque fenómenos como el contrabando?
L. S.: Claro, tarde o temprano este tema tendrá que enlazarse a importaciones. Todos sabemos que uno de los documentos soportes es la factura. El tema del contrabando técnico es una de las situaciones más recurrentes, debido a la capacidad de falsificar los documentos. El reciente Estatuto Aduanero ya menciona el tema de la factura electrónica, así que se contempla una armonía entre normas.
Á. J.: ¿Qué pasará con la factura por computador?
L. S.: Esa figura sigue existiendo y operando normalmente. No termina, seguirá dándose hasta que las personas terminen de involucrarse totalmente con la factura electrónica. La idea es finalizar, a futuro, con el tema documental, como hasta ahora se viene trabajando.
Á. J.: ¿Cuánto se estima que se va a reducir la evasión con el nuevo sistema?
L. S.: No es fácil dar una cifra en este momento, pero el proyecto apunta a disminuir unos buenos puntos a la evasión, que está en el orden del 23 %. Con la masificación de la facturación, se espera que baje un muy buen porcentaje ese problema.
Á. J.: ¿Nos demoramos mucho en implementar este tipo de factura?
L. S.: No pienso que nos hayamos demorado en implantar la factura electrónica. Realmente, estamos a la par con el ámbito internacional. Otros países han venido avanzando en el tema desde hace muy poco. La demora no ha sido sustancial. Estamos y llegamos en el momento que era. Para alcanzar este punto, hemos analizado a países como Chile, Brasil, Perú y México, tanto las experiencias buenas y malas de cada Estado, aunque sus condiciones tributarias son diferentes.
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