15 de Julio de 2024 /
Actualizado hace 4 horas | ISSN: 2805-6396

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Noticias / Constitucional


Condenan a la Policía por disparar y provocar la muerte de una persona en medio de un operativo de extorsión

10 de Julio de 2024

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Nota:
194776

El Consejo de Estado revocó una decisión proferida por un tribunal que negó la reparación de los perjuicios causados a los familiares de una persona que falleció en medio de un operativo programado por agentes de la Policía para capturar a los responsables de una extorsión, por considerar que la víctima disparó a los agentes de Policía y ellos se defendieron legítimamente.

La Policía se opuso a las pretensiones de la demanda, afirmando que el daño fue generado por culpa de la víctima, quien les disparó a los agentes del Gaula cuando estaban en medio de un operativo. No obstante, el alto tribunal condenó a la entidad porque no se probó que la muerte de la víctima hubiera ocurrido en desarrollo de un enfrentamiento en el que esta participara, ni que el uso excesivo de las armas por parte de sus agentes fuera justificado.

La jurisprudencia de la Corporación ha señalado que las entidades públicas deben responder objetivamente por los daños causados con el uso de los instrumentos peligrosos que están bajo su guarda, razón por la que en estos casos corresponde al demandante demostrar que el instrumento peligroso causó el daño, mientras la entidad debe acreditar una de las causales de exoneración fundadas en la ruptura del nexo causal.

En el caso bajo análisis, está probado que la muerte de la víctima se produjo por seis disparos de los policiales en un operativo que había sido previamente organizado por ellos, quienes afirman que su acción se justificó en la culpa exclusiva de la víctima, es sobre esa entidad que pesa la carga de probar tal excepción.

Del análisis conjunto de los testimonios, la Sala determinó que la víctima se sintió amedrentada y huyó cuando los agentes entraron a su establecimiento, una estación de gasolina. No disparó y, por lo tanto, la reacción de los agentes carece de justificación. Ninguno de los testigos vio que la víctima estuviera armada ni que disparara. Por su parte, los agentes de Policía se contradicen entre sí sobre las razones que los llevaron a usar sus armas contra la víctima directa (C. P. Martín Bermúdez Muñoz).

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