Desafío IA: descongestión judicial
05 de Diciembre de 2023
Quizás una de las más importantes utilidades que puede tener la inteligencia artificial (IA) reside en la capacidad de agilizar procesos que están estancados, represados o procedimientos que funcionan con lentitud. Para el caso de la justicia, la IA se convierte en una herramienta fundamental que puede contribuir a superar el drama que viven nuestros países en materia de congestión judicial.
El desafío de la descongestión judicial es enorme. En Colombia, según datos de la Corporación Excelencia en la Justicia y del Consejo Superior de la Judicatura, hay un represamiento de procesos judiciales cercano al 60 %, y según información del Banco Interamericano de Desarrollo, en promedio, un proceso judicial puede tardar 300 días en resolverse en la región.
En materia de descongestión, Colombia tiene varios retos. El principal es la escasez de personal (11 jueces por cada 100.000 habitantes, cuando el promedio debe ser 65), y un atraso al 2022 del 58,2 % en los procesos, cifra que crece casi a un dígito anual, lo que dificulta la gestión judicial. El volumen de información es gigantesco y, en su mayoría, se lleva de forma manual. Aunque las autoridades han hecho esfuerzos para digitalizar la información, su manejo es complejo, pues hay que abrir los expedientes y clasificarlos.
El reto es enorme, pero la solución salta a la vista. El uso de herramientas como el OpenAI podría generar un importante valor agregado en el sistema de justicia, tanto en las entidades que tienen a su cargo la investigación y juzgamiento, como en los mismos bufetes de abogados.
OpenAI permite en un primer paso clasificar los documentos, primordial para que el sistema evalúe hacia dónde debe dirigir el proceso. Este es un dolor enorme en los sistemas de justicia latinoamericanos, pues se trata del archivo y la administración de los procesos, que se ve ahogado por la cantidad de documentos y expedientes sin clasificar.
Pero para cumplir estos objetivos y lograr afinar la IA a las necesidades procesales y obtener respuestas ágiles y oportunas, es necesario contar con las personas que se encargarán de programar la herramienta para imprimirle el criterio necesario para aprovechar al máximo su uso y capacidades. Esta tarea requiere un juicioso ejercicio de entrenamiento de información para que la herramienta pueda operar de manera eficiente.
Pero no se trata solo del proceso de recepción, selección y clasificación. Una de las grandes ventajas de la IA es que permite hacer cruces de información de forma rápida y efectiva, logrando hacer comparaciones, facilitando información relevante, encontrando casos similares y su jurisprudencia. Al final, puede levantar alertas útiles para sacar adelante los procesos con mayor prontitud.
Este ejercicio informativo que arroja la IA es fundamental, a la hora de ayudar a todos los usuarios e interesados del sistema judicial, para buscar en tiempo récord las normas y jurisprudencia necesaria que les permita hacer un análisis completo a la luz del Derecho, y tomar decisiones de forma ágil y oportuna, reduciendo los tiempos en beneficio de los funcionarios que administran justicia y los usuarios.
Son muchas las alternativas que la IA brinda para ser aplicadas el sector justicia, siempre de la mano de la inteligencia humana que, al final, tiene la tarea de programar los criterios, para lograr fallos oportunos y contribuir a la descongestión del sistema.
Ignasi Puit, ‘sales manager’ Región Andina de Nubiral
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