Acerca del Día Mundial del Consumidor

El Día Mundial del Consumidor se celebra un concepto central en el desarrollo de nuestra raza, para que haya llegado a donde está, sea donde eso sea. 

 

Para comenzar, hay dos significados (acorde a la Real Academia Española) para la palabra “consumir”, que son relevantes:

 

1. Destruir, extinguir.

 

2. Utilizar comestibles u otros bienes para satisfacer necesidades o deseos.

 

En cuanto a la primera definición, siguiendo lo establecido por las leyes básicas de la física, ningún objeto sería “consumible”. 

 

Lo anterior, con base en que, como humanos, al entender que la materia es capaz de transformarse, pero no entender (o, por lo menos, yo) si esta es capaz de destruirse, o cómo esta se llegó a crear, lleva a la conclusión que el consumo, cuando es visto esencialmente como una acción de destrucción o extinción, es un concepto enteramente subjetivo. 

 

Esta primera definición presentada, donde el consumo se entiende como destrucción, no debería ser aplicada cuando se intente trasmitir que se ha consumido, por ejemplo, un paquete de papas. 

 

No se debe pensar que la única definición existente alrededor del concepto de “consumir” es la que entiende al acto de consumo como uno esencialmente destructivo. 

 

Existe, para cada persona, la capacidad de elegir en cuanto a cuál de las dos definiciones presentadas relativas al concepto de  “consumir” se debería utilizar para cada caso concreto. 

 

Al igual que lo anteriormente mencionado, cada persona cuenta con la capacidad de elegir cuál, dentro de las dos definiciones presentadas, regirá su vida en relación a este concepto, el del consumo. 

 

Como humanos, ¿queremos pensar que nuestro consumo es in natura destructivo? 

 

Lo anterior, entendiendo la idea de que, si uno rige su vida pensando que la acción de consumir consiste, esencialmente, en destruir o extinguir, no le va a encontrar sentido alguno a intentar utilizar algo sin destruirlo o extinguirlo.  

 

Regir la vida de uno a partir de la primera definición de “consumir” presentada hace entender que no hay cabida en el mundo para la búsqueda de la necesaria concepción de un sistema que satisfaga nuestros deseos y necesidades sin que al tiempo se constituya una destrucción. 

 

Hay que hacernos una pregunta: ¿el consumo per se debería ser siempre destructivo? 

 

Existe la opción de ver la vida a través de un acercamiento al concepto de “consumir” acorde con la segunda definición presentada, en donde se ve al consumo, el cual, para ese caso, no está  acompañado de una necesaria destrucción, como: “la utilización de comestibles u otros bienes para satisfacer necesidades o deseos”. 

 

Me parece que es cuestión de una elección entre definiciones. 

 

Una elección que cada día se convierte en más relevante, teniendo en cuenta que, en la sociedad del presente, las mayores injusticias son las cometidas en nombre y a favor de la cultura que tiene como objetivo el establecer a la primera definición (destructiva) como la única existente.

 

Emilio Archila Saetta, abogado