Las mujeres tenemos derecho a ser mujeres

A lo largo de la historia, las mujeres hemos ido reivindicando nuestros derechos, poco a poco, pero aún estamos recorriendo ese largo camino, que no debería ser así.

El constante y generalizado desconocimiento de la precariedad en cuanto a la garantía de derechos de las mujeres que enfrentamos diariamente en las entidades públicas de los sistemas judicial, educativo, de salud, de transporte, etc., nos ha llevado a tener, incluso, una secretaría distrital propia y exclusiva para nosotras. No obstante, al 31 de agosto de este año, contamos 40 feminicidios de los 354 que ocurrieron en el país, es decir, en Bogotá, sucedió el 11,3 % de los feminicidios perpetuados a nivel nacional^[1].

Según el Departamento Nacional de Planeación, con base en los datos del censo del Dane del 2018, para el 2023, la población de mujeres en Bogotá asciende a 4.152.419, es decir, un 52,11 % de la población total de la ciudad. Y, a pesar de ser la mayoría de la población, aún enfrentamos condiciones de vida más adversas y precarias que nuestros pares hombres.

Según el reporte 2022 del Global Gender Gap^[2], la brecha en educación superior en Colombia es del 55 %, es decir, solamente el 45 % de las mujeres tenemos acceso a educación superior. De acuerdo con este mismo índice, la brecha salarial en Colombia es del 46 %^[3] y la de participación económica es del 64,9 %^[4]. Las brechas de género en los diferentes países se miden en varios aspectos de la vida cotidiana de las mujeres, y todas ellas en conjunto generan la brecha de género general, que, en Colombia, es del 29 %^[5], lo que nos dice que las mujeres en Colombia tenemos una calidad de vida un 29 % inferior al de los demás ciudadanos.

Con estos datos podría pensarse que es fácil sustentar y reivindicar los derechos de las mujeres de forma pacífica, por la vía legislativa y el apoyo general de la ciudadanía y los gobiernos local y nacional, pero, lamentablemente, no es así. Nos ha llevado siglos, y aún estamos en unos estándares precarios de reconocimiento de nuestros derechos, habitar nuestra ciudad de forma libre y sin miedos, participar en política, educarnos, decidir sobre nuestra vida y nuestro cuerpo, acceder a servicios de salud adecuados para nuestros cuerpos y necesidades y desarrollarnos libremente como personas. Cada día en Bogotá, las mujeres nos enfrentamos a la realidad de saber que podemos ser agredidas (incluso, hasta la muerte), por el hecho de ser mujeres y querer vivir nuestra ciudadanía a plenitud.

Esta realidad nos ha llevado a entender la necesidad de que los derechos de las mujeres sean tratados de forma diferencial en nuestro país y en el mundo, ya que han sido históricamente invisibilizados y sistemáticamente vulnerados. Es por esto que durante décadas las mujeres hemos venido trabajando y hemos tenido unos importantes avances, que se ven reflejados en la Política Pública de Mujeres y Equidad de Género, dentro de la cual a las mujeres se nos reconocen ocho derechos fundamentales, que permiten proteger la forma diferencial en la que las mujeres vivimos desde nuestra diversidad.

Para todas las mujeres (y para todos los hombres) de Bogotá, es importante que la reivindicación de los derechos de las mujeres avance, en pro del mejoramiento de las condiciones de vida para todos; por esto, es vital que la Agenda de las Mujeres de Bogotá 2024-2028 esté posicionada y plasmada en el plan de desarrollo distrital del mandatario recién elegido de la ciudad.

Consejo Consultivo de Mujeres de Bogotá