En estado degradante e inhumano encontró la Procuraduría a los centros de reclusión de Bogotá
18 de Mayo de 2023
La mayoría de los detenidos que están en los centros de reclusión de Bogotá duerme en lugares improvisados con colchonetas, hamacas u otros artículos, no hay baterías sanitarias suficientes y el servicio de alimentación puede representar un riesgo para la salud, pues algunos alimentos son entregados en estado de descomposición.
Así lo manifestó la Procuraduría General de la Nación al verificar las condiciones mínimas de infraestructura, acceso a servicios básicos (salud, alimentación y agua potable) y trato digno para las personas privadas de la libertad en ocho estaciones de policía, tres unidades de reacción inmediata (URI) y el Instituto Penitenciario y Carcelario de la Picota en Bogotá.
La entidad escogió los establecimientos con el mayor número de quejas recibidas y con el objeto de cubrir todas las localidades realizó una verificación de condiciones en las estaciones de Usaquén, la Candelaria, Kennedy, San Cristóbal, Engativá, Suba, Mártires, Rafael Uribe Uribe y las URI de Usaquén, Puente Aranda y Paloquemao.
El Ministerio Público afirmó que el acceso al sistema de salud también es precario e insuficiente para los reclusos, pues no hay acceso a medicamentos ni a tratamientos médicos, lo cual se suma a las condiciones insalubres y de hacinamiento en las que están a diario las personas recluidas, por lo que algunas de las enfermedades que sufren, como tuberculosis y leptospirosis, son contraídas en estos sitios.
Por último, señaló que hay una importante falta de acompañamiento y capacitación a los guardas de los reclusos, quienes están en exposición diaria a ataques, enfermedades y desgaste físico y sicológico, además de que están asumiendo responsabilidades ajenas a las asignadas, como suministrar medicamentos y asegurar el acceso a las audiencias.
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