La revolución de los NFT y el criptoarte
16 de Junio de 2021
Alberto Preciado
Socio Preciado Abogados
Paloma Puerta
Consultora internacional
NFT es la abreviación de Non-Fungible Token o Token No-Fungible, monedas criptográficas que representan algo único. Lo que hace a los NFT diferentes de cualquier otro tipo de criptomoneda, como el bitcóin, es que mientras las demás son fungibles, los NFT son únicos, indivisibles, transferibles y, gracias al blockchain, se puede comprobar su valor y exigüidad.
¿Cómo se relaciona esto con el arte digital que está revolucionando el mundo artístico y los mercados?
Los GIF (fotogramas con movimiento), JPG (compresión de imágenes digitales) e imágenes editadas, entre otras piezas visuales, se están vendiendo en internet por cientos, miles y millones de dólares. Cuentan con NFT que los hacen especiales, únicos y altamente valorados con potencial de incrementar su precio exponencialmente. Los NFT permiten que, aunque la imagen digital pueda ser publicada, replicada, reenviada, etc., el token asociado no pueda copiarse o robarse. El NFT asociado a la imagen tiene un propietario que puede vender, comprar y formar con sus adquisiciones una colección, como con el arte clásico. Aunque es un concepto diferente a lo que conocíamos del arte tradicional, es claro que los NFT llegaron para quedarse y que el mundo del arte no volverá a ser el mismo con este mercado particular y virtual.
Un cuadro de Monet, Rembrandt o Picasso, más allá de la belleza, es especial por el artista que lo concibió, por quien lo creó. Son obras únicas, solo tienen un original y sus dueños están identificados. Este mismo concepto aplica al mundo de los NFT y al criptoarte, que está revolucionando y cambiando el mundo del arte, monetizándolo, como esperábamos que podría suceder, pero que, por el efecto de la pandemia, se concretó.
El nuevo mercado
Pero, ¿qué es el criptoarte, los blockchains y cómo está impactando al mundo actual, para entender qué oportunidades existen y qué efecto tiene este nuevo mercado en el “mundo real”?
Los NFT asociados a este nuevo criptoarte son únicos y aseguran que la pieza asociada es la original, que tiene un valor y un dueño. Todos estos elementos certificados y protegidos por el blockchain convierten a los NFT y al criptoarte en un mercado atractivo y seguro, pues registra las transacciones digitales encriptadas y seguras.
Al enviar el dinero de un destinatario a otro al momento de adquirir un NFT o criptoarte, se genera un registro llamado block, que agrupado con otros generan una combinación única. Lo que hace esta cadena de transacciones segura es que, cada vez que se hace un negocio nuevo, es verificado por múltiples computadoras y distintos sistemas, impidiendo que un solo servidor, jáquer o persona pueda invalidar, modificar o interferir las transacciones o propiedades. A través del sistema blockchain, el propietario de cualquier pieza puede venderla, transferirla y hasta otorgar las licencias de los derechos de exhibición a un museo y controlar las condiciones legales para precisar la manera como la obra será expuesta, segura, directa, comprobable y eficientemente.
Piezas digitales
¿Cómo puede una persona crear una pieza de arte digital y transformarla en un valor monetizable a través de los tokens, convirtiéndola en un activo comparable con una obra de arte tradicional y coleccionable?
Uno de los atractivos de los NFT y del criptoarte es que cualquier individuo o artista, si se quiere, puede crear una pieza digital y transformarla en un elemento de valor. A través de diferentes páginas web, por ejemplo, Open Sea o Rareable, una persona puede “subir” su arte, asociarla al cripto, agregarla al blockchain, y venderla en estas plataformas. Existen diferentes tipos de páginas web con diversos criterios para “subir” arte: en algunas, cualquier individuo puede “subir” su trabajo, mientras que otras son exclusivas y exhiben únicamente galerías virtuales curadas, en las que solo artistas reconocidos pueden vender su trabajo por altas sumas de dinero, como Super Rare y Nifty Gateway.
Este sistema de comercializar no solo aplica a páginas web. Por ejemplo, este año la tradicional casa de subastas Christie’s expuso un JPG, una compresión de 5.000 imágenes digitales, titulado “Everydays –The First 5000 Days” de Mark Winkelmann, mejor conocido como Beeple, un artista cuyo trabajo más valioso hasta finales del año pasado se había vendido por cien dólares(1). Rompiendo récords y haciendo historia, la venta del criptoarte de Beeple cerró en 69 millones de dólares, convirtiéndolo en el autor de la tercera subasta artística más valiosa de un artista vivo y posicionando su arte digital con trabajos como los de Jeff Koons y David Hockney. La subasta abrió en cien dólares y cerró en 69 millones de dólares en cuestión de días, lo que evidencia claramente el deseo de coleccionistas tradicionales y amantes del arte en entrar en este mundo misterioso. De la misma manera, recientemente Sotheby’s vendió, a través de Nifty Gateway, una de las páginas web que funciona como galería virtual para artistas reconocidos, la colección de arte digital “The Fungible”, hecha por Pak(2) por alrededor de 17 millones de dólares.
Es difícil conceptualizar que, por ejemplo, el trabajo de Beeple, que en realidad es un collage de la colección de 14 años de imágenes publicadas gratuitamente en internet por el mismo artista, se venda por 69 millones de dólares. Pero es tiempo de entender que, gracias a este movimiento, artistas digitales tienen la posibilidad de exponer su trabajo, que se valorice y convertirse en magnates con sus obras de arte.
Las criptomonedas
¿Qué se necesita para empezar? Lo primero es adquirir algún tipo de criptomoneda, generalmente el criptoarte funciona a través de la moneda ethereum o ether, elemento que cualquier persona con una billetera digital puede adquirir. Al conectar una billetera virtual con estas páginas web, el artista puede “subir” su trabajo, especificando si es una publicación única o si producirá cierto número de “copias auténticas”, como con las esculturas de los artistas tradicionales, que pueden existir como piezas únicas o varios originales de un mismo molde. Uno de los aspectos más interesantes y contrastantes con el arte tradicional es que el criptoartista original puede vender su arte digital y recibir comisiones o royalties, por el resto de su vida si sus obras son revendidas o traspasadas a través del blockchain.
El criptoarte y su comercialización combina temas complejos tanto de arte, como de mercado, suministro, oferta y demanda, etc. Para poder vender arte digital, se debe pagar una tasa de procesamiento para adquirir el token que le dará su valor. Esta tasa se llama “gas” y fluctúa todos los días, dependiendo de la cantidad disponible, de la oferta y la demanda. Actualmente, la demanda de criptomonedas es alta, lo que se refleja en el precio del gas para adquirir un token. Ya existen páginas especializadas que estudian los movimientos del valor de las criptomonedas y sugieren ciertas horas y días para adquirirlos, como temprano en las mañanas o durante los fines de semana.
Impacto ambiental
El criptoarte es innovador y fascinante, pero tiene un impacto ambiental importante. Crear criptomonedas, así como asegurar la propiedad y las transacciones a través de los blockchains requiere múltiples computadores y programas potentes que utilizan energía proveniente, en su gran mayoría, de combustibles fósiles. El crecimiento exponencial de demanda por criptomonedas ya ha tenido un impacto significativo en el aumento de la huella de carbono de toda la industria y, a medida que siga creciendo, se incrementará el impacto ambiental. Las consecuencias pueden llegar a ser tan graves que The Economist asegura que, sin regulaciones, la minería de bitcóin, solamente en China, consumirá tanta energía como Italia en el 2024(3).
En conclusión, por muy simple que parezca entender que un GIF, un JPG o cualquier tipo de formato de arte digital ya es considerado arte, el reto está en entender el proceso detrás de este. Su valor y funcionamiento, la manera que compite con el arte tradicional, las posibilidades de ser exitoso y las consecuencias ambientales son temas complejos, pero esenciales de comprender. Aunque es un mercado prometedor, no es una mina de oro fácil y puramente virtual como muchos medios de comunicación lo presentan.
Teniendo en cuenta el precio de las criptomonedas, el impacto ambiental y el hecho de que cualquier persona con una billetera digital activa puede publicar su arte, las posibilidades de ser exitoso y capitalizar el arte digital dependen del nombre del artista y de su base de seguidores. Hace algunos años, era imposible imaginar que el arte se iba a digitalizar, y ahora que lo hizo, no hay reversa, llegó para quedarse, como tantas cosas digitales. Los NFT cambiaron y continúan cambiando el mundo y la industria del arte, crearon una manera legítima de coleccionar arte digital y de hacerlo segura y verificable, gracias a los blockchains.
El criptoarte, los NFT y la industria que abrieron también demuestran que las facultades humanas, y los llamados middle-men serán cada vez menos necesarios, ya que todo este proceso y formato elimina el personal que conectaba al artista con los clientes o coleccionistas, las galerías físicas, etc. Gracias a esta revolución, un artista puede vender directamente sus trabajos a un cliente o un colector sin necesidad de ningún tipo de formalidad más allá de la transacción verificada por los blockchains.
La pandemia aceleró muchos de los cambios tecnológicos que inevitablemente sucederían con el tiempo. Por esto, es importante mantenernos informados y entender qué impacto tienen estos cambios en nuestro mundo no virtual.
NOTAS:
1. Kastrenakes, Jacob. “Beeple Sold an NFT for $69 Million”. The Verge, 2021. www.theverge.com/2021/3/11/22325054/beeple-christies-nft-sale-cost-everydays-69-million.
2. Pak es un artista o artistas (varios medios suponen que se trata de un grupo) que está(n) superando los límites del criptoarte. Pak es controversial y misterioso, nadie sabe quién es. Algunas personas de la comunidad criptográfica se refieren a Pak como el “Satoshi del arte criptográfico”, debido a su identidad oculta. Satoshi Nakamoto es el creador desconocido de bitcóin.
3. “Totting up Bitcoin’s Environmental Costs”.The Economist, The Economist Newspaper (2021). www.economist.com/finance-and-economics/2021/04/10/totting-up-bitcoins-environmental-costs.
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