Régimen Simple de Contratación Laboral: un gana-gana para trabajadores y empleadores
La propuesta contempla acuerdos anticipados de pago por trabajo extra, nocturno, dominical o festivo.
10 de Abril de 2025
Daniel López Morales
Abogado y filosofo de la Pontificia Universidad Javeriana y miembro del Observatorio Laboral de la misma universidad
Desde el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana apreciamos que en los últimos años se haya intensificado el debate en torno a las necesidades de Colombia en aspectos tan importantes como la regulación laboral, las condiciones de los trabajadores, la productividad, la formalidad laboral, entre otros temas fundamentales. Este debate, que involucra a múltiples sectores de la sociedad, es no solo necesario, sino urgente, especialmente en un país donde la desigualdad, la informalidad y el desempleo siguen siendo fenómenos muy relevantes.
Consideramos que Colombia debe continuar y profundizar la discusión sobre la necesidad de una reforma laboral integral. El Congreso de la República tiene ante sí el desafío –y la responsabilidad– de proferir una reforma que aborde temas tan trascendentales como la informalidad laboral, el mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores, el favorecimiento de las condiciones para el desarrollo empresarial y el impulso a la productividad nacional. Desde el Observatorio Laboral, y con el apoyo del Observatorio Fiscal, hemos contribuido a este proceso con la elaboración de dos propuestas de reforma laboral, enmarcadas siempre en el respeto por los derechos de los(as) trabajadores(as) y en una visión de desarrollo económico inclusivo.
Con el mismo ánimo constructivo y de aportar al debate nacional, queremos poner a discusión una propuesta adicional, concreta y puntual: la creación de un Régimen Simple de Contratación Laboral. Este nuevo régimen, que presentamos como un esquema voluntario, está diseñado para facilitar la formalización laboral en Colombia, simplificando las obligaciones laborales y de seguridad social para los empleadores, al tiempo que garantiza el acceso efectivo de los trabajadores a sus derechos mínimos.
El Régimen Simple de Contratación Laboral contempla la mensualización de la liquidación y el pago de las cesantías y la prima legal de servicios a través de la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA). Esto no solo genera una mayor eficiencia administrativa, sino que convierte dichas prestaciones en instrumentos de ahorro con rentabilidad, ya que se comienzan a capitalizar en el fondo de cesantías desde el momento de su pago. Para el trabajador, esto representa una ventaja significativa, pues accede a rendimientos financieros permanentes sin perder el carácter ni la destinación legal de estas prestaciones. Para el empleador, se elimina la carga de realizar pagos acumulados al cierre del año, sustituyendo los intereses sobre cesantías por los rendimientos del fondo, lo que mejora su flujo de caja.
Además, la propuesta contempla acuerdos anticipados de pago por trabajo extra, nocturno, dominical o festivo. Cuando la naturaleza del trabajo impide un control detallado de los tiempos o cuando se puede prever con regularidad este tipo de jornadas, se permite pactar salarios fijos que compensen los recargos legales. Esto brinda mayor certeza tanto para empleadores como para trabajadores, manteniendo los principios de remuneración justa y sin menoscabar los derechos adquiridos.
Un elemento clave del régimen es el incentivo tributario propuesto: los empleadores que se acojan voluntariamente al régimen simple generen nuevos empleos y cumplan con sus obligaciones podrían deducir del impuesto sobre la renta el 130 % de los costos laborales efectivamente asumidos. Esta medida busca fomentar decididamente la formalización laboral, especialmente en un país donde gran parte del empleo se concentra en microempresas con recursos limitados.
El régimen simple representa, en este sentido, un verdadero esquema gana-gana. Para el empleador, implica la posibilidad de reducir los costos administrativos del trabajo formal, evitar el pago de intereses sobre cesantías, obtener beneficios tributarios relevantes y tener una proyección clara de sus costos laborales sin sorpresas al cierre del año. Para el trabajador, supone la oportunidad de ver incentivada su contratación formal, contar con cesantías y primas que generan rendimientos financieros desde el momento del pago, y conservar el derecho a retirarlas conforme a las causales legales, fortaleciendo su seguridad económica.
Los datos que sustentan esta iniciativa son contundentes. De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), el 45,2 % de los trabajadores en Colombia gana menos del salario mínimo, lo cual evidencia una grave desigualdad en el mercado laboral. La informalidad laboral es otro de los rostros de esta problemática: en las cinco principales ciudades del país, el 41 % de los trabajadores es informal, cifra que se eleva al 55 % en ciudades intermedias, al 65 % en otras zonas urbanas y alcanza un alarmante 85 % en áreas rurales. Es en estas regiones donde, además, las microempresas de 1 a 5 trabajadores representan hasta el 82 % de las unidades productivas, lo que da cuenta de la necesidad de una regulación laboral diferenciada y adaptada a las realidades territoriales.
Otro hallazgo importante es que los costos laborales son proporcionalmente más altos para los trabajadores de menores ingresos, lo que se convierte en un desincentivo para su formalización. A medida que el salario aumenta, estos costos disminuyen en proporción, lo que refleja una estructura regresiva que penaliza a los empleadores más pequeños y limita el acceso de los trabajadores con menores ingresos a sus derechos.
El Régimen Simple de Contratación Laboral busca dar respuesta a esta compleja realidad con soluciones viables y justas. Al simplificar los procesos administrativos, optimizar el ahorro laboral y ofrecer incentivos reales a la formalización, esta propuesta no solo beneficia al empleador formal que cumple, sino que también dignifica la experiencia laboral del trabajador, brindándole acceso efectivo a sus derechos, mayor estabilidad y mejores perspectivas de bienestar.
Por supuesto, este régimen no sustituye la necesidad de una reforma laboral integral, pero sí constituye un aporte estratégico y pragmático que puede ayudar a desatar uno de los nudos críticos del sistema: la informalidad estructural. Requiere una reglamentación adecuada y una implementación cuidadosa, sin embargo, consideramos que su enfoque diferencial y su apuesta por la eficiencia lo convierten en una herramienta valiosa para avanzar hacia un modelo laboral más equitativo y productivo.
Desde el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana reiteramos nuestro compromiso con el debate informado, propositivo y responsable sobre las políticas laborales en Colombia.
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