Las virtudes que todo juez de la República debe tener
21 de Abril de 2018
La función judicial, sin duda, es el máximo orgullo de quienes la ejercen con disciplina, pasión y sabiduría. También es, para muchos abogados, su sueño profesional más importante: recibir, algún día, la distinción de juez de la República. (Lea: Un juez debe ser imparcial, independiente y, lo más importante, íntegro: Adela Cortina)
Y es que muchas formas han cambiado en el ejercicio de la toga, pero, su esencia, que es la de tener a juristas íntegros e intachables, siempre ha garantizado que un sistema judicial responda, con legitimidad y confianza, a los diferentes clamores de justicia, encaminados a consolidar y hacer perdurar la paz en una sociedad.
Es por esto que el Consejo Superior decidió difundir a todos los jueces y magistrado del país el Código Iberoamericano de Ética Judicial, con el propósito de buscar el mejor juez posible para la sociedad colombiana, “concebido este como un compromiso institucional y un medio idóneo para fortalecer la legitimidad del poder judicial”.
De ahí que de dicho estatuto se pueden abstraer 12 virtudes que definen y caracterizan el togado ideal, probo e insignia para la comunidad jurídica y el ciudadano de a pie.
Independencia
El juez independiente es aquel que determina desde el ordenamiento jurídico vigente la decisión justa, sin dejarse influir real o aparentemente por factores ajenos al Derecho mismo.
Imparcialidad
El juez imparcial es aquel que persigue con objetividad y con fundamento en la prueba la verdad de los hechos, manteniendo a lo largo de todo el proceso una equivalente distancia con las partes y con sus abogados. Evita todo tipo de comportamiento que pueda reflejar favoritismo, predisposición o prejuicio.
Motivación
El juez está en la obligación de motivar sus decisiones para asegurar su legitimidad, el buen funcionamiento de un sistema de impugnaciones procesales, el adecuado control del poder del que son titulares y, en último término, la justicia de las resoluciones judiciales.
Conocimiento y Capacitación
La obligación de formación continuada de los jueces se extiende tanto a las materias específicamente jurídicas como a los saberes y técnicas que puedan favorecer el mejor cumplimiento de las funciones judiciales. Así mismo, debe facilitar y promover en la medida de lo posible la formación de los otros miembros del despacho.
Justicia y Equidad
El juez equitativo es el que, sin trasgredir el Derecho vigente, toma en cuenta las peculiaridades del caso y lo resuelve basándose en criterios coherentes con los valores del ordenamiento y que puedan extenderse a todos los casos sustancialmente semejantes.
Responsabilidad institucional
El juez institucionalmente responsable es el que, además de cumplir con sus obligaciones específicas de carácter individual, asume un compromiso activo en el buen funcionamiento de todo el sistema judicial.
Cortesía
La cortesía es la forma de exteriorizar el respeto, consideración y tolerancia que los jueces deben a sus colegas, a los otros miembros del despacho, a los litigantes, a los testigos, a las partes y, en general, a todos cuantos se relacionan con la administración de justicia, así como a las críticas dirigidas a sus decisiones y comportamientos.
Integridad
El juez íntegro no debe comportarse de una manera que un observador razonable considere gravemente atentatoria contra los valores y sentimientos predominantes en la sociedad en la que presta su función.
Transparencia
La transparencia de las actuaciones del juez es una garantía de la justicia de sus decisiones, por eso ha de procurar ofrecer información útil, pertinente, comprensible y fiable.
Secreto profesional
Un juez reservado tiene la obligación de guardar absoluto secreto profesional en relación con las causas en trámite y con los hechos o datos conocidos en el ejercicio de su función o con ocasión de esta.
Prudencia
El juez prudente es el que procura que sus comportamientos, actitudes y decisiones sean el resultado de un juicio justificado racionalmente, luego de haber meditado y valorado argumentos y contraargumentos disponibles, en el marco del Derecho aplicable.
Diligencia
El juez debe procurar que los procesos a su cargo se resuelvan en un plazo razonable y debe evitar o, en todo caso, sancionar las actividades dilatorias o de otro modo contrarias a la buena fe procesal de las partes.
Honestidad profesional
La honestidad del juez es, sin duda, la conducta más necesaria para fortalecer la confianza de los ciudadanos en la justicia y contribuye al prestigio de la misma, por eso tiene prohibido recibir beneficios al margen de los que por Derecho le correspondan y utilizar abusivamente o apropiarse de los medios que se le confíen para el cumplimiento de su función.
Precisamente porque han salido a la luz pública algunos casos puntuales de corrupción en la Rama Judicial, en los que se han visto involucrados importantes funcionarios judiciales, estas 12 virtudes no dejan de ser una guía ética para todos los trabajadores de la justicia. ¿Considera necesaria alguna virtud adicional?
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