La aportación socioeconómica de las industrias generadoras del derecho de autor y los derechos conexos en Colombia
13 de Octubre de 2021
Álvaro García Alcázar
Coordinador de Proyectos de la Unión Europea (EUIPO)
La creatividad y la innovación son rasgos inalienables al ser humano que resultan claves para el avance de la sociedad. Gracias al ingenio y la creatividad de las personas, ligados al trabajo y la inversión empresariales, hoy generamos una riqueza otrora inimaginable.
Para poder crear esta riqueza, que abarca una diversidad de bienes intelectuales –de naturaleza “inmaterial”– es necesario dotar de un derecho “exclusivo” de uso a quienes hicieron el esfuerzo intelectual o la inversión económica necesarios para producirlos. Por ese motivo existen los derechos de propiedad intelectual (DPI) concebidos en sus diferentes formas, para proteger actividades como la inventiva, la creatividad –sea artística o aplicada a la industria– o la diferenciación empresarial, a través de categorías de derecho tales como las patentes, el derecho de autor, los diseños industriales o las marcas, entre otras.
El proyecto IP Key América Latina nació en el 2017. Esta iniciativa, financiada por la Unión Europea, dirigida por su Dirección General de Comercio y ejecutada por la Oficina de la Unión Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO) ha trabajado incansablemente con diversos países de la región en diferentes aspectos que van desde el fortalecimiento institucional de los órganos dedicados a otorgar los DPI, el favorecimiento de intercambio de mejores prácticas en materia de administración y el apoyo a la internacionalización de los sistemas de propiedad intelectual, incluyendo la implementación de las disposiciones contenidas en los tratados de libre comercio (TLC) suscritos por la Unión Europea con sus socios, incluyendo el TLC suscrito con Colombia, en vigor desde el 2013.
IPKey América Latina ha tenido, entre sus objetivos más valorados, lograr una sensibilización de las sociedades sobre la significación socioeconómica de la propiedad intelectual y de la importancia de su protección y respeto en la región de América Latina, desde México hasta Chile.
Una de las formas más directas y concretas de lograr esta sensibilización es la de proporcionar evidencia que demuestre importancia socioeconómica de la PI. En este esmero, brindando datos objetivos, permitimos a los dirigentes e interlocutores sociales tener una base concreta para elaborar políticas más sólidas en materia de protección de DPI y de poder comunicarlas eficazmente al ciudadano, a fin de favorecer su cumplimiento y apoyar así la innovación y la creatividad.
Siguiendo el camino inaugurado por la EUIPO y la Oficina Europea de Patentes (EPO) en el 2012 en el contexto europeo[1], IPKey ha realizado una serie de estudios midiendo la incidencia económica de las industrias intensivas en propiedad intelectual en México, Argentina, Perú, Chile y Uruguay[2].
Esta serie se completa ahora con el estudio “La contribución económica de las industrias del derecho de autor y los derechos conexos en Colombia”, publicado por IP Key América Latina y la Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA), la cual mide la aportación de las industrias generadoras del derecho de autor y los derechos conexos (IPDA) a la economía colombiana, en cuanto a su participación en el valor agregado, el empleo y el comercio exterior durante el período 2006-2018.
El derecho de autor es el reconocimiento legal que tiene un autor sobre la distribución de su trabajo. El objeto del derecho de autor es aquella obra artística, científica o literaria, “susceptible de ser divulgada o reproducida en cualquier forma”. También reciben protección manifestaciones que –si bien no se asimilan a obra como tal– tienen estrecha relación con su difusión: llamados derechos conexos (afines o vecinos) al derecho de autor y han sido tradicionalmente reconocidos a los artistas, intérpretes o ejecutantes, los productores de fonogramas y los organismos de radiodifusión.
La existencia del derecho de autor permite convertir a las obras artísticas en bienes susceptibles de ser objeto de transacciones y, por lo tanto, consiente asignar un valor de mercado a las mismas. Y, como es de suponer, su valor económico no estará tan solo vinculado a la creación y producción de la pieza, sino también a su distribución y consumo, es decir, a su participación en los procesos del mercado, de oferta y demanda. Así, desde un punto de vista económico, para las personas y sectores que se dedican o dependen de la producción artística y cultural, la existencia de un sistema que protege al derecho de autor es crucial.
La afirmación de que las industrias creativas tienen una significación ingente para la economía en el mundo, hoy, ya no representa una novedad. A nivel global existen ejemplos de estudios que sitúan a los ingresos de las industrias ligadas al derecho de autor (IPDA) a niveles muy significativos, incluso al nivel de servicios tales como el de las telecomunicaciones o empleando a tantas o más personas que industrias tradicionales como la del automóvil[3]. Otros hallazgos, como los encontrados en los estudios de EUIPO mencionados anteriormente o los llevados a cabo con apoyo de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) con diversos países, tienden a confirmar la incidencia de las IPDA en las economías de todos los países[4].
En el caso de Colombia, el estudio fruto de la colaboración entre IP Key y la DNDA nos muestra que el valor de la contribución de las IPDA a la economía de Colombia ha crecido sostenidamente desde el 2006 hasta alcanzar un valor de 27,1 billones de pesos en el 2018. Esto significa que las IPDA han generado un 3 % del PIB. La mayor parte –alrededor de dos tercios– de esta contribución proviene de las industrias “básicas” en derecho de autor, es decir aquellas que se dedican íntegramente a la creación, producción, representación, exhibición, comunicación o distribución y venta de música, literatura, teatro, cine, medios de comunicación, artes visuales, publicidad, así como los servicios prestados por las sociedades de gestión colectiva. El resto proviene de industria complementarias, dependientes o de apoyo necesarias para la realización y venta de las obras.
Otro dato interesante es el efecto positivo que todas estas industrias –en conjunto– tienen en el empleo. Desde el 2006, las IPDA han generado más de 225.000 nuevos empleos, llegando a emplear cerca de un millón personas en el 2018. Esto quiere decir que uno de cada diez trabajadores lo hacen en industrias ligadas al derecho de autor. En las grandes ciudades de Colombia, lugar en que se concentran más las IPDA, esta proporción crece significativamente, ya que vemos que uno de cada diez trabajadores lo hacen en las industrias creativas o en aquellas relacionadas con estas.
Por tanto, el estudio realizado es fundamental para entender que estas industrias creativas guardan una importancia significativa para la economía de Colombia. Representa una gran oportunidad para hacer más visibles estas actividades de alto valor agregado y ver claramente cómo inciden en la competitividad y productividad de un país como Colombia.
Por otra parte, el estudio nos permite apreciar que en este país las industrias protegidas por el derecho de autor cuentan con una extensa producción propia y se caracterizan por su heterogeneidad –a veces marcado por diferentes niveles de desarrollo–.
De allí que no cueste derivar que es fundamental seguir otorgando una protección efectiva de los derechos de propiedad intelectual, para garantizar un crecimiento sostenible de sectores que revisten no solo una importancia mayor para la economía y la sociedad, sino que pueden revestir valores culturales e identitarios.
Esta tarea no es un desafío menor, ya que abarca a los sectores dinámicos asociados a las TIC, lo cual nos ha abierto a nuevos terrenos de aplicación del derecho de autor y los derechos conexos, y, por lo tanto, nuevos desafíos tales como su aplicación respecto a los contenidos subidos a las plataformas. Pero el fortalecimiento del sistema de PI, adaptado y respondiendo a las necesidades planteadas por este nuevo contexto, tiene un enorme potencial para generar en un futuro inmediato nuevas inversiones y elevar su participación en la economía.
Desde el proyecto IPKey America Latina queremos continuar con colaboraciones tan exitosas como la desarrollada con las autoridades de Colombia en los años venideros, a fin de poder garantizar el crecimiento de las IPDA así como de todas las empresas, de América Latina y de la Unión Europea, que operan en la región.
[1] La EUIPO, a través del Observatorio Europeo de las Vulneraciones de los Derechos de Propiedad Intelectual y la Oficina Europea de Patentes, ha realizado cuatro estudios a escala de la UE sobre la contribución de los sectores intensivos en derechos de propiedad intelectual (DPI) a la economía de la UE. El objetivo de estos estudios es proporcionar pruebas que sustenten la elaboración de políticas y creen una base para concienciar a la ciudadanía europea sobre el valor de la propiedad intelectual. https://euipo.europa.eu/ohimportal/es/web/observatory/ip-contribution
[3] Por ejemplo, en el 2015, la Unesco y CIsac (la confederación internacional que agrupa a las sociedades de gestión colectiva de los de derechos de los autores y compositores) publicaron un estudio que demostraba que las industrias creativas empleaban 29,5 millones frente a 25 millones del sector automotriz de EE UU y Europa. https://en.unesco.org/news/new-report-shows-cultural-and-creative-industries-account-295-million-jobs-worldwide
[4] La OMPI ha llevado a cabo actividades para ayudar a los países a hacer acopio de pruebas sobre los resultados económicos de las industrias basadas en el derecho de autor y a determinar qué repercusión ha tenido en ellos este derecho. https://www.wipo.int/copyright/es/performance/index.html
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