“El Derecho merece un trato digno y responsable por todos los involucrados”
16 de Septiembre de 2024
Hace pocas semanas, se realizó el acto de lanzamiento del libro La defensa, de la abogada antioqueña Claudia Patricia Jaramillo Cuartas. Uno de los propósitos de la obra es establecer una guía práctica dirigida, especialmente, a los clientes y usuarios de los servicios jurídicos, con el fin de establecer un canal de comunicación ágil, amigable y ameno con los abogados y la justicia.
Á. J.: ¿Cuál es el objetivo que se persigue con la publicación de su reciente libro ‘La defensa’?
Claudia Patricia Jaramillo Cuartas: Su objetivo es desmitificar la justicia y contribuir a la sociedad para conocer cómo funciona la justicia en Colombia y cómo se genera la paz a través de crear relaciones humanas fuertes con los agentes operadores de la justicia, entre ellos los funcionarios de la Rama Judicial, los abogados y su correlación con sus clientes o representados. Es un libro que lo irá guiando por el mundo jurídico de los abogados. Se invita al lector, a iniciar juntos, un viaje inolvidable sobre lo que no le han contado del mundo legal. De una manera cálida, cuenta con ilustraciones amigables y una tipografía y textura que invitan a leerlo, no solo a los eruditos en el Derecho, sino a todo ciudadano de a pie.
Á. J.: ¿A quién se dirige este libro y qué utilidad podrá tener con él?
C. P. J. C.: A todos los ciudadanos que desean conocer cómo funciona la justicia en Colombia, usuarios o clientes de los servicios jurídicos de los bufetes de abogados y los usuarios de la Rama Judicial, para establecer un puente o canal de comunicación ágil, amigable y ameno con los abogados. Igualmente, les servirá de guía a muchos abogados, a los diestros en la materia, a los jóvenes que están incursionando en las diferentes jurisdicciones del Derecho, a las facultades de Derecho y a los consultorios jurídicos de todas las universidades.
Á. J.: ¿Qué recomendaciones les daría a los ciudadanos a la hora de contratar un abogado para la resolución judicial de un caso?
C. P. J. C.: La primera opción para contratar a un abogado es porque fue “referido” por otro cliente. Es lo que se conoce en publicidad como “voz a voz”, que es la práctica más común. También existe la posibilidad de contratar a un abogado por medio de un análisis de la vasta publicidad en internet, que muchos realizan en las redes sociales, en páginas web y en blogs. Lo más recomendable es que, antes de tomar una decisión, la razone y sopese, de acuerdo con sus pretensiones, lo que busca y sus necesidades individuales o como empresa. Otro criterio muy importante, antes de asumir un convenio con un abogado es conocer los honorarios, para saber si se adaptan a su presupuesto. Desde el principio, es importante que haya empatía. Por lo tanto, por muy buenas referencias que tenga de él, si no siente tranquilidad ni percibe el beneficio que va a obtener al contratarlo, no lo haga y busque otro.
Á. J.: ¿Cómo desarrollar esa relación contractual con éxito?
C. P. J. C.: Si su abogado decide asumir con responsabilidad el contrato de prestación de servicios como su apoderado, tendrá que cumplir unas cláusulas de contratación que se establecen en casi todos los contratos de prestación de servicios. En la práctica, se establece por escrito un contrato de prestación de servicios entre la persona jurídica o natural (cliente) y el abogado(a). De igual manera, antes de firmar un contrato, plantee todas sus dudas sobre cómo se desarrollará su proceso o consultoría. Pregunte, aunque las preguntas le parezcan inocuas, sin sentido o irrelevantes. A futuro, se dará cuenta de que eran fundamentales.
Desde el inicio, es importante la relación contractual cliente-abogado, que se establezcan reglas claras en las que se desarrollará el contrato de prestación de servicios jurídicos y lo que se espera del cliente y del abogado.
Á. J.: ¿Cree que los ciudadanos están un poco “desprotegidos” a la hora de contratar a un abogado?
C. P. J. C.: Sí, algunos ciudadanos por el afán de solucionar su conflicto jurídico, buscan por economía a un abogado que no tiene la experticia en las diferentes jurisdicciones, algunos no saben que un abogado que no sea especialista en un área podrá realizar su proceso, pero que le costará más trabajo y un buen desempeño en su labor. Y lo que resultará nefasto para el éxito del proceso: pérdida de tiempo, espacio y dinero para el ciudadano.
Á. J.: ¿Es necesario regular o, al menos, expedir una tabla guía de pago de honorarios?
C. P. J. C.: Esta pregunta es clave para comprender que el Derecho, al igual que otras profesiones, merecen un trato digno y responsable por todos los involucrados.
La Corte Constitucional y otras autoridades y entidades han enfatizado que las tarifas establecidas por los colegios de abogados son una herramienta para interpretar y aplicar el estatuto deontológico del abogado.
Actualmente, contamos con la Tarifa Nacional de Abogados Colombia (Conalbos). No obstante, cada vez es más imperativo volcar la atención a este tema tan crucial, máxime que, por asuntos como este y por la falta de establecer mayor claridad en las tarifas, muchos abogados son requeridos por la entidad que los vigila y regula, a veces hasta denuncias injustas o por una mala comunicación entre cliente y abogado, y/o clientes influenciados por terceras personas para dañar la reputación del abogado.
Á. J.: ¿Cómo mejorar la relación cliente-abogado?
C. P. J. C.: La primera recomendación, en beneficio del cliente, es no ocultarle nada a su abogado ni tratar de dirigirlo por el camino más ágil y expedito que el cliente cree tener. Debe recordar que su abogado es como un “padre jurídico”. ¿Y qué es lo que más desea un buen padre de familia? Brindarle lo mejor.
El libro menciona los principios y valores que fundan la relación entre el cliente y el abogado, como el respeto, la lealtad, el compromiso, la solidaridad, la transparencia, la confidencialidad y la buena fe, entre otros.
Por eso, si el cliente empezó una relación contractual con su abogado, es recomendable continuarla en los mejores términos hasta el final. Es también cierto que, en el transcurso de esas relaciones contractuales, puede haber incidentes por falencias en la comunicación o inconvenientes insalvables. Sin embargo, antes de realizar cualquier queja o reclamo ante alguna autoridad competente o persona diferente del abogado, hay que tomarse el tiempo suficiente para dialogar con él; así despejará las dudas e inquietudes que le asaltan.
Es desafortunado y de mal gusto ir con un abogado para hablar mal de otro. El segundo no podrá hacer nada, a menos que cuente con el paz y salvo del primero y haya terminado ese contrato. No hay que buscar un nuevo abogado descalificando y destruyendo la reputación de otro.
El abogado es su asesor jurídico, representante legal o defensor público, pero jamás podrá ser considerado como un dios o salvador de la situación jurídica a resolver.
Á. J.: ¿Cree que las facultades de Derecho deben insistir más en temas de ética, ahora, incluso, que se habla de inteligencia artificial (IA)?
C. P. J. C.: Sí, por supuesto, el desafío de adoptar la IA al mundo jurídico implica fortalecer los valores y principios del abogado. La ética hay que entenderla, más allá del compromiso legal, como una forma de vida, un estilo de vida del abogado(a), pues asumirla así lleva al bienestar común, a la paz social, como compromiso continuo de comportarse de una manera responsable y contribuir al desarrollo social, económico, político de la sociedad en general.
Es importante que los profesionales en Derecho aborden la IA, a partir de las técnicas de aprendizaje (machine learning), bibliotecas de información y normativa jurídica (big data), identificar tendencias, mejorar los procesos y aumentar el rendimiento del quehacer jurídico, evaluando constantemente la veracidad de la información.
La tecnología ha demostrado un progreso significativo, pero también conlleva riesgos en el sesgo de la información, invasión de la privacidad y otras violaciones de los derechos humanos, como lo ha expresado la Organización Naciones Unidas (ONU).
Claudia Patricia Jaramillo Cuartas
Es abogada y se especializó en Derecho Procesal Contemporáneo, Derecho Procesal Civil y Emprendimiento Empresarial. También estudió Administración Documental y Micrografía. Ha trabajado en Empresas Públicas de Medellín y en otras entidades del sector público. Actualmente, es conjuez de la Sala Civil Familia del Tribunal Superior de Antioquia y tiene 20 años de experiencia como consultora en procesos en la Rama Judicial.
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