En Ejercicio
Daniel Rincón Rubiano: “Latinoamérica es una región poco uniforme en regulación ambiental”
16 de Febrero de 2012
Trabajar con profesionales del Derecho de distintas partes del mundo obliga a cuestionar el sentido, la aplicabilidad y la ejecución de las normas colombianas, señala Daniel Rincón, consultor en materia regulatoria sobre medio ambiente para Enhesa, en Bruselas (Bélgica).
Rincón considera que es un logro ejercer el Derecho Ambiental desde una perspectiva internacional y comparativa, porque esto le permite dar una mirada diferente al sistema legal colombiano e identificar modelos regulatorios defectuosos.
Sin embargo, estima que el mayor reto de la profesión está en superar las limitaciones prácticas del lenguaje jurídico y abandonar la concepción del Derecho como un sistema autosuficiente, pues el uso de términos legales dificulta la adopción y comunicación de soluciones jurídicas a problemas concretos e incrementa costos y tiempos para empresas e individuos.
ÁMBITO JURÍDICO: ¿El Derecho Ambiental Internacional ha trascendido a la práctica?
Daniel Rincón Rubiano: El Derecho Ambiental define las prioridades sobre desarrollo y sostenibilidad. Alcanzar un acuerdo multilateral en este campo es visto como un logro. En la práctica, los tratados ambientales demandan un papel más activo de los Estados, obligándolos a reportar periódicamente sobre los avances en el cumplimiento de las metas del tratado. Por ejemplo, los Estados parte del Convenio de Estocolmo sobre los contaminantes orgánicos persistentes deben reportar sobre las estrategias adoptadas para cumplir los propósitos del convenio.
Á. J.: ¿Cómo está el desarrollo legal ambiental en Latinoamérica y, especialmente, el colombiano frente al Derecho Internacional?
D. R. R.: Latinoamérica es una región de contrastes económicos y poco uniforme en regulación ambiental. No obstante, la voluntad política y los tratados internacionales ambientales aplicables a estos países permiten identificar tendencias regulatorias en algunos aspectos, por lo que el proceso de adaptación latinoamericano a las nuevas regulaciones ambientales merece una mención importante.
En Colombia, el Ministerio de Ambiente ha jugado un papel determinante en la actualización y el desarrollo de las normas ambientales. Desde el 2009, el país avanzó en la regulación de devolución de productos que, una vez obsoletos, se convierten en residuos peligrosos, como los medicamentos expirados, los computadores, las baterías, las lámparas fluorescentes y las llantas. Existe un amplio campo para mejorar en fiscalización ambiental, para el cual se necesitan recursos y mecanismos que incentiven el cumplimiento normativo.
Á. J.: ¿Qué le falta al Derecho colombiano de esa regulación ambiental que funciona en Europa?
D. R. R.: Las industrias, los problemas ambientales y las prioridades políticas son distintas. Pretender que las instituciones, normas e instrumentos de mercado europeo funcionen en Colombia es forzar la adaptación de un modelo comunitario en un Estado con características muy distintas. Ello no quiere decir que no deban seguirse de cerca los nuevos desarrollos y los resultados de las regulaciones existentes. Por el contrario, la experiencia de los países desarrollados debe ser una fuente de información obligatoria para el regulador colombiano, pues es allí donde se puede vislumbrar el éxito o el fracaso de la nueva normativa.
Á. J.: Muchos afirman que la Unión Europea (UE) es muy estricta en materia de medio ambiente, ¿qué puede aprender el país de ella?
D. R. R.: La UE ha tenido un proceso histórico diferente al de otras regiones del mundo, y esto le ha permitido corregir los errores ambientales del pasado. En materia ambiental, la UE puede ser aún más flexible que EE UU: previo a la imposición de sanciones por incumplimiento ambiental, las autoridades buscan salidas negociadas que reduzcan el impacto sobre las actividades económicas de la compañía, como en el caso francés.
La percepción de la UE como estricta en materia ambiental se debe a la novedad y complejidad de los temas que allí se regulan: restricciones de sustancias químicas en aparatos electrónicos, límites al uso de nanotecnología en ciertos productos, requisitos de etiquetado para productos que contienen materiales peligrosos, registro de ciertas sustancias para decidir sobre su autorización o prohibición, entre otros.
Á. J.: Para lograr una protección efectiva del medio ambiente, ¿otro tipo de profesionales deberían conocer sobre el Derecho Ambiental?
D. R. R.: Sí. El Derecho Ambiental no puede continuar siendo percibido como una rama abstracta y delegada a entusiastas ecologistas. El importante crecimiento de la industria energética, extractiva y los proyectos de infraestructura, por una parte, y la inmensa riqueza nacional en biodiversidad, por la otra, plantea interesantes retos ambientales. En el ámbito privado, se necesitan abogados que identifiquen y provean soluciones a las contingencias ambientales derivadas de negocios como la venta de inmuebles, operación conjunta de proyectos o fusión entre compañías. La formación en Derecho Ambiental ayuda al profesional a comprender la problemática internacional, los cambios geopolíticos y las decisiones de las compañías.
Daniel Rincón Rubiano
Estudios realizados: abogado especialista en Derecho de la Empresa de la Universidad del Rosario y magíster en Energía y Medio Ambiente de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica (Cum Laude degree, Advanced Master in Energy and Environmental Law).
Cargos desempeñados: abogado del Departamento de Impuestos y Legal de Deloitte Colombia; paralegal en Cárdenas & Cárdenas Abogados y asistente judicial en Carlos Rincón Gómez y Asociados.
Cargo actual: consultor experto en materia regulatoria sobre medio ambiente, salud industrial y seguridad para Enhesa Bruselas (Bélgica).
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