Cuando una serie revela las fallas del sistema judicial

 

Por José Patiño

Editor Ámbito Jurídico

jose.patino@legis.com.co

 

Era un caso fácil, con pruebas sólidas contra OJ Simpson, un famoso exfutbolista y regular actor, por la muerte de su exesposa, Nicole Brown, y de Ronald Goldman.

 

Los antecedentes de maltrato físico de la celebridad contra Brown, la falta de una coartada convincente y hasta la huida del acusado en su camioneta Ford bronco blanca, transmitida en vivo y en directo (viral, se dice ahora), lo condenaban ante la opinión. Pero, entonces, ¿por qué no se logró condenar a OJ?

 

Han pasado 20 años de este doble homicidio en Los Ángeles (EE UU), de la fascinación por el ídolo caído y de la sensación de que no se hizo justicia y tal vez muchas explicaciones puedan encontrarse en la serie del canal estadounidense FX, American Crime Story, The People vs. O.J. Simpson, que ha ofrecido una primera temporada imprescindible para abogados.

 

 

Lo primero que se debe mencionar es que no es una serie sobre OJ, ni un drama sobre las víctimas, mucho menos una mala producción sobre actividades forenses y de investigación, de esas que abundan.

 

Es más bien una disección del admirado y también criticado sistema judicial norteamericano, de los egos y rencillas de los abogados, de los intereses políticos de los fiscales, la torpeza policial, la polémica forma de selección y descarte de los jurados, los conflictos de interés de los jueces, las estrategias dilatorias y el sinnúmero de sucesos que rodean a un proceso penal.

 

La serie se basa en el libro de Jeffrey Toobin The Run of His Life: The People v. O. J. Simpson. Este abogado y periodista norteamericano ha trabajado para medios como CNN y The New Yorker y es quien revela en su momento la estrategia de la defensa: "the race card".

 

Precisamente así inicia esta producción, dentro de un contexto enrarecido por los más grandes disturbios de la historia de Los Ángeles, causados por la absolución de varios policías blancos acusados de la muerte de un ciudadano negro, Rodney King, hecho que antecede al juicio.

 

Y es que el tema racial surgió como una estrategia desesperada y a la vez oportuna y salvadora para la defensa de la celebridad, ante la falta de convicción de los mismos abogados sobre la inocencia de su cliente. Solo falta ver las diversas reacciones de los abogados de OJ cuando el veredicto se conoció.

El ambiente de brutalidad policial se aprovechó para desviar el caso, claro, pero también el papel de los medios de comunicación es esencial para entender lo que ocurrió en el juicio.

 

Y es que el culto a la celebridad que ha invadido a todo el mundo a mediados de los años 90 ya influía las decisiones judiciales, basta pensar en un jurado que antes de ser seleccionado ve en las noticias cada detalle de los hechos que va a juzgar, cómo se traslada esa tensión a las deliberaciones y cómo hasta las evidencias físicas dejan de tener relevancia en razón a lo que ya se ha conocido.

 

Además, el escrutinio sobre cada actor del proceso por parte de los noticieros y programas de entretenimiento hizo que la puesta en escena que significa un juicio estuviera condicionada al veredicto de la opinión.

 

En algunas clases de Derecho Penal se acude a documentales sobre este caso, sobre el manejo de las pruebas y los testigos. La escena del guante es emblemática, pero el amplio contexto que da la serie sobre cada elemento del juicio supera cualquier documental que se haya producido, gracias a los destacados actores, el diseño de producción tan preciso y al ritmo de la narración, que se toma su tiempo para describir cada situación.

 

 

Si bien hubo veredicto de no culpable, esto no supuso una absolución, el rechazo a OJ luego de quedar libre y los distintos destinos de los involucrados muestran lo que un caso como estos revela del sistema judicial y su sociedad.

 

¿Cuándo perdió el caso la fiscalía? ¿Cuando se rechazaron como pruebas los antecedentes sobre violencia doméstica? ¿Cuando OJ se probó los guantes? ¿Cuando se seleccionó un mal testigo? ¿Cuando lentamente se deslizo en las sesiones el tema racial?

 

Precisamente este es el valor de una producción que se puede calificar como esencial si se desea tener una discusión sobre de qué hablamos cuando hablamos de justicia. 

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