26 de Septiembre de 2024 /
Actualizado hace 6 horas | ISSN: 2805-6396

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Especiales Editoriales / Derecho de la Competencia


Libre competencia y legislación: claves para el desarrollo económico equitativo

24 de Septiembre de 2024

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Libre competencia y legislación: claves para el desarrollo económico equitativo (Bigstock)

Diana Sofia Serna Giraldo

Asociada senior de Jiménez Ruiz & Asociados 

En las sociedades contemporáneas, la libre competencia juega un papel fundamental en el funcionamiento de los mercados. Los agentes económicos, que incluyen tanto a consumidores como a productores, buscan condiciones que les permitan operar de manera efectiva dentro de un entorno competitivo. Esta libertad no solo beneficia a los consumidores al ofrecerles mejores precios y calidad en los bienes y servicios, sino que también crea oportunidades para que los productores desarrollen estrategias innovadoras y eficientes.

La libre competencia permite que los consumidores encuentren condiciones adecuadas para adquirir productos y servicios. Esto se traduce en una mayor variedad de opciones y, en muchos casos, en precios más bajos. Por su parte, los productores pueden encontrar espacios para competir y destacar sus ofertas en un mercado dinámico. Sin embargo, es crucial plantear una interrogante central: ¿qué sucede cuando los agentes económicos no encuentran condiciones que garanticen la libre concurrencia en los mercados?

La respuesta a esta pregunta reside en la existencia de competencia imperfecta, que se manifiesta en la forma de monopolios, oligopolios, monopsonios y oligopsonios. Estas estructuras de mercado limitan la verdadera libertad económica, ya que un pequeño número de empresas puede controlar precios y condiciones de venta, lo que resulta en una distorsión del mercado. Este control, que se presenta como una “libertad” en el mercado, está en realidad condicionado por estos grupos que determinan tanto los precios de los bienes y servicios como el acceso a materias primas necesarias para su producción.

La competencia imperfecta no solo afecta a los consumidores; también impacta a los productores que luchan por establecerse en un mercado dominado por unos pocos. La falta de competencia efectiva limita la capacidad de los nuevos entrantes para innovar y ofrecer alternativas al consumidor. En este contexto, los precios fijados por empresas monopolistas y oligopolistas tienden a ser más altos de lo que serían en un mercado verdaderamente competitivo, afectando así el bienestar general de la sociedad.

Para los consumidores, la experiencia en un mercado controlado se traduce en precios inflacionarios y opciones limitadas. Cuando los precios son dictados por monopolios y oligopolios, los consumidores se ven forzados a aceptar condiciones desfavorables. Esto plantea un desafío significativo: las leyes y regulaciones diseñadas para proteger a los consumidores se vuelven ineficaces frente al poder de estas estructuras de mercado. Aunque existan organizaciones de defensa del consumidor, su capacidad para influir en los precios se ve disminuida por el control que ejercen estas empresas.

Normativas

A pesar de que muchos países han implementado leyes para regular los monopolios y oligopolios, estas normativas no siempre son suficientes. Las estructuras de mercado pueden evadir la regulación existente, y los mecanismos de control pueden ser inadecuados para abordar el poder desproporcionado que tienen. Esto se hace evidente en el caso de Colombia, donde la Constitución Política establece principios claros en materia de competencia económica, pero la implementación de estas normas a menudo se enfrenta a obstáculos significativos.

El artículo 333 de la Constitución Política establece que “la actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común”. Este marco legal proporciona una base sólida para promover la competencia, pero su efectividad depende de la voluntad política y la capacidad del Estado para hacer cumplir estas leyes. Además, la Ley 155 de 1959 y la Ley 1340 de 2009 son ejemplos de legislación colombiana que busca regular y promover la libre competencia, estableciendo sanciones para prácticas anticompetitivas.

En el documento Política de libre competencia económica en Colombia: diagnósticos y recomendaciones de política pública, se destaca que “la productividad del sector privado está determinada por varios factores. Una de las condiciones habilitantes que establecen mejoras en la productividad es la competencia económica”. Este argumento refuerza la noción de que la libre concurrencia de los mercados es esencial para que los agentes económicos operen en condiciones óptimas.

Si la libertad económica no se garantiza en un entorno de competencia, las estructuras económicas de un país quedan sujetas a la imposición de monopolios y oligopolios, que dictan precios y tarifas sin considerar el impacto en el bienestar general. Esta situación no solo perjudica a los consumidores y a los productores, sino que también socava la capacidad del Estado para implementar políticas públicas efectivas.

La autonomía del Estado se ve comprometida cuando las decisiones de política económica son influenciadas por estas estructuras monopolísticas. Un Estado que no puede actuar de manera independiente para establecer regulaciones y políticas en favor de la competencia está limitado en su capacidad para proteger los intereses de todos los agentes económicos. Esto se traduce en un ciclo de dependencia y control que perpetúa las condiciones desfavorables para los consumidores y nuevos productores.

La Constitución Política refuerza la importancia de la libre competencia al afirmar que “la actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común”. Este marco legal proporciona una base sólida para promover la competencia, pero su efectividad depende de la voluntad política y la capacidad del Estado para hacer cumplir estas leyes. Las disposiciones constitucionales y las leyes secundarias deben ser interpretadas de manera que se garantice un entorno justo para todos los actores económicos.

Libertad económica

Javier Aristizábal Villa, en su artículo Aproximación al marco jurídico de la libertad económica en Colombia, enfatiza que “la libertad económica es uno de los pilares del derecho económico colombiano. Como tal, tiene un doble contenido: la libertad de empresa y la libertad de competencia”. Ambos aspectos son fundamentales para garantizar un entorno económico donde todos los agentes puedan participar sin discriminación y en condiciones de igualdad.

Un aspecto clave del derecho relacionado con la libre competencia es el papel de las autoridades de control y vigilancia, como la Superintendencia de Industria y Comercio en Colombia. Esta entidad es responsable de investigar y sancionar prácticas anticompetitivas, asegurando que se respete la legislación y se protejan los derechos de los consumidores. Su actuación es esencial para mantener un mercado equitativo y fomentar la confianza entre los agentes económicos.

Por lo tanto, es crucial fortalecer el marco legal establecido en la Constitución Política. La posición dominante de oligopolios y monopolios no debe subyugar las decisiones económicas en beneficio de unos pocos; en cambio, se debe promover un Estado sólido que, mediante políticas públicas eficaces, proteja a los agentes económicos en condiciones de indefensión.

Conclusiones:

(i) Es necesario fortalecer al Estado como un agente económico capaz de intervenir frente a estructuras de mercado imperfectas, como monopolios, oligopolios, monopsonios y oligopsonios.

(ii) Las estructuras monopólicas y oligopólicas no deben imponer precios de mercado, ya que son perjudiciales para consumidores y productores, beneficiando únicamente a los grupos que controlan el mercado.

(iii) La Constitución Política proporciona un marco adecuado para regular y controlar estas estructuras de mercado, pero su implementación debe ser efectiva y rigurosa.

(iv) La promoción de la libre competencia y el fortalecimiento de las instituciones encargadas de regular los mercados son esenciales para el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Un entorno competitivo no solo fomenta la innovación y la eficiencia, sino que también garantiza que todos los agentes económicos, tanto consumidores como productores, puedan beneficiarse de un mercado más justo y equitativo.

Bibliografía:

- Jaramillo Londoño, A. R., Gómez Maques, A. M., & Rodríguez Reyes, J. S. (2020). Política de libre competencia económica en Colombia: Diagnósticos y recomendaciones de política pública. Departamento Nacional de Planeación, Bogotá, Colombia.

- Constitución Política de Colombia.

- Aristizábal Villa, J. (2000). Aproximación al marco jurídico de la libertad económica en Colombia. Revista Estudios Gerenciales No. 77, págs. 83-90. Universidad Icesi. Cali, Colombia.

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