La tutela procede como mecanismo para el reintegro laboral, cuando se requiere con urgencia la protección de los derechos de un empleado en circunstancias de debilidad manifiesta o que ostente una estabilidad laboral reforzada, en virtud de su especial condición física o laboral. Así lo señaló la Corte Constitucional en sentencia dada a conocer recientemente. La sala explicó que la acción puede interponerse en esos casos, aunque no existe un derecho fundamental que asegure a los empleados la conservación del trabajo o su permanencia en él. La corte revocó la decisión de la Corte Suprema, que declaró improcedente la acción de tutela por estimar que no se cumplía el requisito de subsidiaridad (M. P. Jorge Ignacio Pretelt).