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Actualizado hace 1 día | ISSN: 2805-6396

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ÁMBITO JURÍDICO - FIN DE SEMANA – GENERAL


Carlos Gaviria, Derecho, política y tangos

01 de Abril de 2017

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Por Luisa Monroy y José Patiño

Redactores Ámbito Jurídico

luisa.monroy@legis.com.co - jose.patino@legis.com.co

 

Por la carretera que de Itagüí conduce a Medellín un niño pedalea con vigor para llegar a tiempo a su colegio. Este pequeño nació en una época dura (1937), en Europa el fascismo se imponía con el horror ruidoso de las bombas, se destruye Guernica y Hitler recibe a Mussolini en Berlín; también se suprimen los partidos de izquierda en Venezuela y Getulio Vargas disuelve el Senado brasilero.

 

En Colombia, la República Liberal intentaba modernizar la estructura del Estado y la industria nacional y el alcalde de Bogotá, Jorge Eliecer Gaitán, perdía su cargo por una huelga de taxistas.

 

Corresponde a la imaginación y a la revisión de su legado suponer qué influencia tuvieron en ese pequeño los hechos de la historia que presenció en los años que vinieron, pero el chico de la bicicleta se convertiría en el gran librepensador, jurista y defensor de derechos humanos Carlos Gaviria Díaz, quien a  los 17 años se graduó como el mejor bachiller de Colombia, lo que le permitió acceder a una beca para hacer su pregrado.

 

De todas las universidades que pudo escoger se inclinó por la de Antioquia. Al terminar materias, como cualquier estudiante de Derecho, tenía que cumplir con el requisito académico de la judicatura. Gaviria cumplió con el requisito ejerciendo el cargo de Juez Promiscuo Municipal de Rionegro (Antioquia), tenía 25 años. (Lea: Carlos Gaviria Díaz, un coloso inagotable de cultura y sabiduría)


En 1961 se graduó como abogado y solo seis años después llegó a decano de su facultad, fue la Escuela de Leyes de la Universidad de Harvard la que le otorgó el título de magíster, en 1971. (Lea: Carlos Gaviria Díaz: un magistrado ético que luchaba por el pluralismo)

 

Volvió a Colombia y se sumergió en la academia dentro de su alma máter. En la década del setenta ejerció como profesor.

 

En la misma Universidad de Antioquia se graduó como Doctor en Derecho y recibió mención honorífica por su tesis. De hecho, la obra Apuntes para un curso de introducción al estudio del Derecho todavía se estudia en los primeros semestres de la carrera.

 

Derechos humanos y exilio

 

Su labor como defensor de derechos humanos inició en los ochenta, época cruel marcada por el narcotráfico y la extrema derecha armada, en la cual numerosos líderes sindicales fueron asesinados.

 

La tarde del 25 de agosto de 1987, tres idealistas, Héctor Abad Gómez, Leonardo Betancourt y Carlos Gaviria habían acordado una cita para redactar una carta en protesta por el asesinato del sindicalista Luis Felipe Vélez. Una cita odontológica retrasó a Gaviria de llegar a la hora acordada a la trágica cita. Solo sobrevivió el futuro magistrado. La vida es una herida absurda.

 

 

Es en la esquina de la calle Argentina, en Medellín, donde asesinan a Abad y a donde llega un Gaviria atravesado por el dolor a ver a su amigo en el infame suelo, cubierto por una sábana. Coincidencias dolorosas de la vida, es Argentina el país del exilio para salvar su vida. 

 

 

Su relación con el país que lo recibió tenía un elemento estético previo, su pasión por el tango, y una trágica coincidencia para los fanáticos de la música ciudadana, su suegro, el doctor Alberto Gómez Arango, el 24 de junio de 1935, fue el encargado del examinar el cuerpo del muerto más ilustre del accidente aéreo en el aeropuerto Enrique Olaya Herrera: Carlos Gardel.

 

 

Solo sus más allegados pueden dar fe de su pasión musical y de sus reflexiones lingüísticas sobre el lunfardo como ocultamiento, como desafío a la autoridad, pero especialmento por su fanatismo por el polaco Goyeneche, Aníbal Troilo, Homero Manzi y Horacio Ferrer, entre otros tantos.

 

 

Gaviria regresó al país y retomó la academia, al poco tiempo fue elegido por el Senado para ejercer en la recién establecida Corte Constitucional.

 

Presidió la Corte, produjo fallos de alto impacto, no solo técnico, sino filosófico, político e idiomático. Vale la pena recordar que algunas de las más memorables sentencias tratan sobre la muerte digna como derecho, la dosis mínima, su oposición a que existiera una tarjeta profesional para ejercer el periodismo, sobre la participación de la mujer en cargos del Estado, los derechos de los indígenas, entre otras. (Lea: Carlos Gaviria Díaz, ferviente defensor de la filosofía liberal

 

Hizo parte de la época dorada de la Corte Constitucional, un estilo caracterizado por el lenguaje claro y con argumentaciones accesibles para los no abogados.

 

El candidato más votado de la izquierda

 

 

En 2002, Gaviria se estrenó en la política electoral y fue elegido Senador de la República, obtuvo la quinta votación del país (116.067 votos).

 

En el Legislativo propició debates sobre el modelo político, social y económico y cada una de las iniciativas de las cuales fue autor o ponente resaltaban la dignidad humana, la autonomía personal y la libertad.

 

En 2006 fue candidato presidencial por el Polo Democrático Alternativo. Gaviria obtuvo la mayor votación de la izquierda en Colombia, 2.623.000 votos respaldaron su aspiración. Posteriormente, y hasta el 2009, fue presidente de su partido, el gran líder de la izquierda para mostrar, alguien respetado incluso desde la derecha más recalcitrante.

 

Fue Félix de Bedout a quien el gran jurista le concedió su última entrevista. En esa oportunidad (13 de marzo del 2015) Gaviria, de 77 años, clamó por la defensa de la acción de tutela como el mecanismo en el que la gente más cree dentro de la administración de justicia, y pidió que no fuese reformada. Al día siguiente, el Maestro fue hospitalizado. El 31 de marzo del 2015, en horas de la noche, falleció.

 

Homenajes

 

La biblioteca central de la Universidad de Antioquia, en su honor, lleva su nombre y el Congreso de la República, el año pasado, expidió la Ley 1783 del 2016, como homenaje a su memoria.

 

La norma encarga a la Biblioteca Nacional la elaboración de una biografía y la recopilación y selección de sus obras, incluidas las sentencias donde fue ponente.

 

El Ministerio de Educación tiene bajo su responsabilidad la publicación de un libro ilustrativo sobre Gaviria Díaz. Por su parte, la Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC) y Señal Colombia recopilarán y circularán un audiovisual con su obra.

 

El Congreso tendrá un retrato en óleo del jurista, el cual sería colgado en la Comisión Primera del Senado, y en el salón de la Constitución reposará una cabeza en bronce como recordatorio de sus aportes. Hasta el momento, ninguno de los homenajes contenidos en la ley se ha materializado.

 

Pero los homenajes son accesorios, sería imposible en un solo escrito recopilar el gran legado de Gaviria. Desde hace dos años el ámbito jurídico tiene un vacío difícil de reemplazar, Carlos Gaviria ya no está pero su obra permanecerá.

 

Las sentencias de constitucionalidad que proyectó Carlos Gaviria

 

Varias decisiones proyectadas por el fallecido jurista, en el periodo 1993 - 2001, fueron la base de la transformación de ciertas políticas públicas, como sucedió con la despenalización del homicidio por piedad (Sentencia C-239/97) y la del consumo de la dosis mínima de droga, que estaba sancionada por los artículos 51 y 87 de la Ley 30 de 1986, declarados inexequibles en la Sentencia C-221/94.

 

Otros aportes destacados en su paso por el alto tribunal son las limitaciones impuestas a los estados de excepción (Sentencia C-179/94) y la inconstitucionalidad de la reglamentación al ejercicio del periodismo, pues consideró que no podía limitarse el acceso a este oficio a quienes no fueran comunicadores (Sentencia C-087/98).

 

Frente al derecho a la igualdad y el principio de prohibición de la discriminación, cabe recordar que Gaviria proyectó el retiro del ordenamiento de una norma del Código Civil que anulaba el matrimonio de “la mujer adúltera con su cómplice”, pero que no hacía lo propio con el hombre que incurriera en la misma conducta (Sentencia C-082/99).

 

Gaviria tampoco fue partidario de la detención de conductores en estado de embriaguez, pues fue el autor del fallo que declaró inconstitucionales las normas que permitían el arresto, inclusive si el estado de alicoramiento no generaba delito (Sentencia C-189/99).

 

Además, fue ponente de la inexequibilidad del artículo 4º (parcial) del Decreto 2265 de 1991, que eliminaba, en el marco de un estado de excepción, el beneficio de no extradición como mecanismo premial de colaboración con la justicia (Sentencia C-092/98).

 

En el documento adjunto encontrará la lista con todas las sentencias proferidas por Gaviria.

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