El “estilo Ghibli” vs. la IA: cuando lo tradicional choca con las nuevas realidades
En lugar de centrarse solo en la defensa legal, las empresas creativas pueden adoptar estrategias de negocio proactivas para gestionar el riesgo de forma diferente en este nuevo panorama.
28 de Abril de 2025
Daniel S. Acevedo Sánchez
Associate partner Tax Technology Transformation (TTT) de EY Colombia
Hace poco, las redes sociales se inundaron con imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) que imitaban el icónico y querido estilo artístico de Studio Ghibli. Usuarios de ChatGPT, utilizando la nueva función de generación de imágenes, podían transformar fotos o crear escenas “al estilo Ghibli” y aunque muchos lo vieron como un homenaje divertido, la situación reavivó un debate trascendental para las industrias creativas como la editorial, animación, comics, artistas, entre otros; ¿Cómo afecta la IA generativa (IAG) a los modelos de negocio que se apalancan fuertemente en su propiedad intelectual?
Este escenario de la generación de imágenes al “estilo Ghibli” nos recuerda nuevamente la conclusión preliminar sobre este tema; aunque el “estilo” artístico en sí mismo generalmente no recibe protección de copyright de forma aislada, el problema es más profundo y tiene implicaciones directas para los negocios creativos que podemos definir de la siguiente manera:
• El origen del aprendizaje: ¿cómo aprendió la IA a replicar ese estilo? Si se entrenó usando directamente las películas o arte protegido de Ghibli sin licencia, se entra en un terreno pantanoso de posible infracción de derechos de autor. Para las empresas cuya principal fuente de ingresos es precisamente ese contenido original, esto representa una amenaza directa a su activo más valioso.
• La similitud del resultado: cuando una IA genera contenido tan reconociblemente similar al de un creador específico, se puede crear confusión en el mercado o, incluso, quitarle a Ghibli la oportunidad de negocio de lanzar su propia herramienta oficial para fans. Además, podría facilitar la creación de obras no auténticas que se hagan pasar por originales, diluyendo el valor de la marca.
Para las empresas y creadores que viven de su propiedad intelectual como editoriales, estudios de cine, desarrolladores de videojuegos, creadores de cómics, la IAG es un arma de doble filo: (i) Aunque la GenAI ofrece un potencial económico para las industrias creativas, al permitir crear contenido a gran escala, personalizar ofertas y mejorar la productividad de formas antes inimaginables, así como también permite dar paso a nuevas herramientas y servicios, como plataformas de creación de contenido automatizado, (ii) la incertidumbre legal sobre la propiedad de las obras generadas por y el riesgo constante de infringir derechos de terceros (tanto en el entrenamiento, como en los resultados) pueden socavar modelos de negocio existentes. Además, si las obras generadas por IA no pueden protegerse fácilmente con derechos de autor, su valor comercial disminuye drásticamente.
En lugar de centrarse solo en la defensa legal, las empresas creativas pueden adoptar estrategias de negocio proactivas para gestionar el riesgo de forma diferente en este nuevo panorama. La solución más segura es pensar en añadir valor desde el humano. Dado que la protección de copyright para obras puramente generadas por IA es incierta o inexistente en muchas jurisdicciones, la clave está en la intervención humana. Integrar la creatividad, la selección y la modificación humana significativa en el resultado final puede fortalecer la posibilidad de obtener protección sobre la obra resultante. Por otro lado, y para aquellos que ya están haciendo un uso intensivo de la GenAI para aumentar su productividad en la generación de contenido, utilizar soluciones entrenadas exclusivamente con datos propios y validados, o asegurarse de que los datos de entrenamiento de terceros estén libres de contenido sin licencia es fundamental. Implementar políticas claras sobre qué información interna puede usarse con herramientas de IA es vital para proteger secretos industriales. Finalmente, en lugar de solo ver a la IA como una amenaza, ¿qué tal si pensamos en que podría licenciarse la propiedad intelectual propia para entrenar modelos específicos de forma controlada?, ¿podrían crearse experiencias interactivas únicas para los fans usando IA aprobada, como una herramienta oficial “estilo Ghibli”? Adaptar el modelo de negocio es fundamental para abrir nuevas vías de ingresos y aprovechar lo que de una u otra forma va a suceder en el mercado.
El caso del “estilo Ghibli” y la IA no es solo una anécdota viral; es un recuerdo de los desafíos y oportunidades que la GenAI presenta a los negocios basados en propiedad intelectual. La solución no reside únicamente en prohibir o litigar, sino en una adaptación estratégica. Comprender los riesgos, implementar salvaguardas robustas y explorar activamente cómo la IA puede, bajo condiciones controladas y éticas, complementar y expandir el negocio existente, será clave para prosperar en esta nueva era tecnológica.
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