22 de Noviembre de 2024 /
Actualizado hace 4 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Online

Innovación: la clave para entender el futuro

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Valentina Arenas
Abogada experta en temas de innovación
Consultora especializada en marketing y estrategias disruptivas

Cuando pensamos en innovación, lo primero que viene a nuestra mente es la era tecnológica que vivimos: la inteligencia artificial y todos estos avances que parecen cambiar el curso de las cosas tal como las conocemos. Sin embargo, aunque la perspectiva de innovación incluye todo esto, su concepto tiene un origen mucho más profundo que la visión tecnológica.

Grandes líderes visionarios hablan de la necesidad de innovar a nivel empresarial y de transformar los procesos. Pero, ¿alguna vez nos preguntamos de dónde proviene realmente esta palabra? ¿Cuál es su origen en nuestra sociedad y por qué está tan de moda en este siglo? Para entender la innovación, primero debemos comprender el concepto de proceso.

Comúnmente, creemos que el proceso es un estadio donde iniciamos, trabajamos y descansamos. No obstante, desde una perspectiva cuántica o energética, el proceso nunca termina. Pero, ¿qué significa esto y cómo se relaciona con las empresas? Desde una perspectiva científica, el proceso es constante y no tiene fecha de terminación y desde la visión empresarial, evidentemente sería de la misma manera, pues nuestro mercado nunca se detiene, nuestra visión empresarial debería estarse cocreando, con la realidad.

Una excelente manera de entender la vida es observar la naturaleza, que vive en perfecto equilibrio. ¿Cuándo vemos a la naturaleza finalizar su proceso? Nunca. El proceso es constante y se adapta a las diferentes condiciones climáticas. La naturaleza no piensa “¿cuándo voy a terminar este proceso?”, porque sabe que el proceso no tiene fin. Nada está definido. Aunque desde nuestra perspectiva cotidiana parece que nada cambia, la realidad es que todo está en constante transformación.

En los últimos tiempos, como diría Yuval Noah Harari, hemos pasado “de animales a dioses”. Pero, ¿realmente lo somos? ¿O somos una especie más en desarrollo, adaptándonos continuamente al medio? La evolución no es un proceso que nos prepara para llegar a un lugar; es un proceso de adaptación constante. Solo somos un eslabón más en la cadena de cambio. Con el tiempo, nosotros también debemos cambiar.

Entonces, la pregunta crucial es: ¿existe un proceso que termine para finalmente relajarnos de tanta actividad? La realidad es que no. Lo que llamamos descanso son momentos de ganancia o pérdida de energía dentro del proceso. La evolución es un constante flujo de energía, siguiendo una resonancia en función de las ondas.

Propongo una nueva palabra para paraíso: la innovación. El paraíso no existe; lo único que existe es la innovación. La innovación es el único concepto que nos ayuda a entender lo que significa vivir en armonía a través de un proceso eterno. Innovar es vivir en lo nuevo. Cuando buscamos constantemente el fin de un proceso, siempre caemos en lo mismo, porque buscamos una idea preconcebida. Pero cuando dejamos de poner nuestra energía en terminar algo y nos enfocamos en comenzar cosas nuevas, ya estamos viviendo en innovación.

La innovación requiere que nos transformemos, y para ello debemos ser flexibles en nuestras creencias. La conciencia no es sinónimo de moralidad. La moralidad está relacionada con ver las cosas desde un lugar y un tiempo específicos. No podemos evaluar la constante transformación desde una perspectiva moral; debemos verla desde la conciencia.

Habiendo entendido la profundidad de la palabra innovación, ¿por qué será el pilar fundamental para construir el futuro? Sabemos que todo cambia constantemente y que las ideas preconcebidas son casi obsoletas al instante de su concepción. Por tanto, lo único que realmente tenemos es la innovación como pilar para transformar nuestra industria. Es normal tener una visión de lo tradicional como algo bueno, pues son ideas repetidas tantas veces que se han asentado en nuestra mente como verdades. Pero, ¿y si replanteamos esta verdad y comenzamos a innovar?

Innovar desde una perspectiva empresarial está directamente ligado a pensar en la evolución: cómo evoluciona la sociedad y cómo deben evolucionar nuestras empresas. Crear se vuelve la constante. Innovar no se trata de adoptar una tecnología de moda, sino de entender cómo se transforma tu cliente día a día y qué necesitas para conquistar a ese cliente que cambia constantemente. No es casualidad que empresarios como Jeff Bezos estén obsesionados con el servicio al cliente y con estar a la vanguardia de lo que el cliente necesita. Las ideas preconcebidas pueden funcionar, pero los verdaderos líderes empresariales son aquellos que se atreven a pensar diferente y a innovar. Entonces, un negocio tradicional puede funcionar, pero ¿seguirá funcionando toda la vida?

Desde una óptica legal, la evolución debería ser tan evidente que ni siquiera deberíamos plantearnos si debemos innovar. La innovación debería ser la bandera que guía nuestras decisiones empresariales. ¿Cómo puede una ciencia construida para una sociedad en constante cambio ser tan estática y arcaica? Desde una perspectiva cuántica, ¿estamos haciendo bien nuestro trabajo o solo repetimos la misma tarea sin intentar entender cómo se transforma la sociedad? El Derecho no debería ser una herramienta arcaica a la que recurrimos cuando tenemos un problema; debería ser la ciencia de las personas y de la innovación. ¿En qué momento llenamos todo de procesos y dejamos de lado la evolución?

Innovación no es solo una palabra de moda. Es la esencia misma de nuestra existencia y evolución. Es el camino para vivir en armonía con un mundo en constante cambio

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