22 de Noviembre de 2024 /
Actualizado hace 5 horas | ISSN: 2805-6396

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Opinión / Columnista Impreso

El desafío del crecimiento económico en Colombia: una mirada al PIB

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Jorge Arango Velasco
Profesional en Finanzas de la Universidad Externado de Colombia

El Producto Interno Bruto (PIB) es un indicador macroeconómico crucial que mide el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por un país en un periodo determinado, generalmente un año o un trimestre.

El crecimiento económico es una cadena cíclica en la que cada componente afecta a los demás. Todo lo que producen las empresas, ya sean bienes o servicios, es consumido por los ciudadanos. Este consumo genera más ingresos y mejores utilidades para las compañías, lo que a su vez les permite contratar más personal. El aumento en el empleo incrementa la capacidad de consumo de los hogares, ya que los salarios permiten a las familias adquirir más bienes y servicios. Por lo tanto, un mayor crecimiento del PIB se refleja en un mayor consumo y una mayor capacidad adquisitiva de la población en un círculo virtuoso que indefectiblemente lleva a la riqueza.

En Colombia, por ejemplo, un aumento en el PIB podría significar más empleos en sectores clave como la industria, los servicios y la agricultura. Estos nuevos empleos proporcionan a las familias más ingresos disponibles, que pueden ser utilizados para mejorar su educación, salud y bienestar general cerrando brechas sociales sin que sea necesaria la intervención del Estado.

A pesar de los beneficios de un PIB en crecimiento, Colombia enfrenta desafíos significativos. La alta deuda pública, la inflación y un entorno económico global incierto son obstáculos importantes. Sin embargo, hay señales esperanzadoras, como el aumento de la inversión extranjera directa y las políticas orientadas a fomentar el consumo interno y las exportaciones.

Para asegurar un crecimiento sostenido del PIB, es crucial implementar políticas que promuevan la inversión y el consumo. Estas políticas pueden incluir incentivos fiscales para las empresas, programas de capacitación laboral y medidas para estabilizar los precios y controlar la inflación. Además, mejorar la infraestructura y la conectividad puede facilitar el comercio y la inversión.

Según el Banco Mundial, la expectativa de crecimiento del PIB para Colombia en el 2024 ha disminuido significativamente en comparación con las proyecciones iniciales. En enero, se esperaba que el crecimiento fuera del 1,8 %, alineado con el promedio estimado para América Latina. Sin embargo, debido al comportamiento económico observado durante el año, se prevé que Colombia cierre con un crecimiento de solo el 1,3 %. Esto contrasta con el crecimiento promedio de 3,35 % registrado en los últimos cinco años, a pesar de que, en el 2020, debido a la pandemia, se experimentó una contracción del 7,25 %[1].

Colombia se posiciona como uno de los países con menor expectativa de crecimiento del PIB en la región. En contraste, se espera que países como Chile crezcan a un promedio del 2,6 %. Además, importantes economías como Brasil, México y Argentina, aunque también muestran señales de desaceleración con un crecimiento promedio del 2,6 %, siguen siendo referentes económicos para los demás países de América Latina, según información del Banco Mundial.

A nivel global, el Banco Mundial señala que el crecimiento del PIB ha sido impactado por una serie de factores adversos. La pandemia del covid-19, los conflictos regionales, la inflación y las restricciones monetarias han jugado un papel crucial en la desaceleración económica global.

En Colombia, se espera que el panorama económico mejore a partir del 2025. Las estrategias para fomentar esta mejora incluyen el incentivo del consumo interno y un aumento en las exportaciones. Un dato positivo es el crecimiento de la inversión extranjera directa, que ha pasado de un -0,5 % en noviembre del 2023 a un 1,4 % en el informe más reciente del Banco Mundial, indicando que los inversionistas empiezan a ver a Colombia como una opción viable en sus portafolios. Este cambio se atribuye a una disminución de la incertidumbre política, uno de los factores que más ha influido en este indicador desde la posesión de nuestro actual presidente.

A pesar de estas expectativas optimistas, Colombia enfrenta varios desafíos que afectan negativamente el crecimiento del PIB. Uno de los principales problemas es el incremento de la deuda pública, que actualmente representa el 50,8 % del PIB (correspondiente al acumulado de los últimos cuatro trimestres), y muestra una tendencia al alza, según información del Banco de la República. Según este ente, a marzo del 2024, el saldo de la deuda del sector público se distribuye de la siguiente manera: el 68 % corresponde a obligaciones del Gobierno Nacional, el 22 % a entidades descentralizadas, y el 10 % restante a otros deudores.

La regla fiscal, establecida por la Ley 1473 del 2011, tiene como objetivo controlar y limitar el déficit fiscal y la deuda pública, asegurando que la deuda no supere el 71 % del PIB, con un ancla recomendada del 55 % del PIB. El actual Gobierno propone flexibilizar esta regla modificando los límites de endeudamiento y permitiendo un mayor espacio para el gasto de inversión. En el Marco Fiscal de Mediano Plazo, presentado el 14 de junio del 2024, el Ministro de Hacienda informó que “la regla fiscal se va a respetar, aunque actualmente se cumpla en su límite máximo, con un déficit fiscal del 5,6 %”.

Otro factor crítico es la inflación, la cual alcanzó un 7,16 % en el mes de mayo del 2024, según el reporte emitido por el Dane. Aunque el Gobierno espera que esta tasa disminuya hacia finales de año, el entorno económico y el desempeño de los diferentes sectores no dan señales de que se cumplirán las metas propuestas. La inflación ha sido impulsada por los precios de la energía eléctrica y la producción de alimentos perecederos, que se han visto afectados por el fenómeno de El Niño.

El Banco de la República ha tomado medidas para controlar la inflación, ajustando las tasas de interés en un esfuerzo por cumplir las metas de inflación y mejorar las expectativas económicas. Estas decisiones también están influenciadas por las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que se espera se mantengan altas por más tiempo.

Colombia enfrenta un escenario complejo en términos de crecimiento económico, con desafíos significativos que incluyen una alta deuda pública, inflación y un entorno económico global adverso. Sin embargo, las medidas para fomentar el consumo interno, aumentar las exportaciones y atraer inversión extranjera directa ofrecen una esperanza de mejora a partir del 2025. La estabilización de las principales economías de América Latina también podría servir de apoyo para Colombia en su camino hacia una recuperación económica sostenible.  

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[1] https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.MKTP.KD.ZG?end=2022&locations=CO&start=1961&view=chart

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