El arbitraje y la inteligencia artificial (III): aplicaciones útiles

Hernando Herrera Mercado

Ex presidente de la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá, árbitro y presidente de la Corporación Excelencia en la Justicia

Hace algunos meses, se reveló una interesante encuesta que sondeaba el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el arbitraje (en particular, el de carácter internacional). Esta encuesta, difundida por Ciar Global, daba cuenta de aspectos relevantes en torno a la percepción de los árbitros en cuanto a la irrupción de la IA en este sistema de resolución de controversias. Los resultados exhibieron los pro y contras en torno a la utilización de esta herramienta en el arbitraje. Como aspectos desfavorables, los encuestados reseñaron el temor a la “generación de información ficticia” y la preocupación por que esta tecnología fuera a sustituir la tarea argumentativa de los árbitros (“redacción del laudo”). Dentro de los beneficios del influjo de estas herramientas en el arbitraje, se recalcó su utilidad en aspectos funcionales de este trámite, tales como la “organización de documentos” o la “extracción de datos”.

Estos insumos, y desde luego otros tratados en las anteriores columnas, nos ponen de presente un consenso: restringir el uso de la IA en las tareas propias del raciocinio de los árbitros, pero auspiciarla en temas eminentemente logísticos del oficio arbitral. Pretendemos, entonces, bajo ese contexto, explorar algunas de las mejores tecnologías desarrolladas por la IA que resultan idóneas para facilitar la acción de los árbitros. 

Con relación a este escenario, en primer lugar, vale la pena destacar las herramientas de software de IA destinadas a analizar grandes cantidades de documentos (expedientes). Tales facilidades permiten el cotejo de altos volúmenes de evidencias escritas o la comparación de un inmenso cúmulo de textos. En el arbitraje, poseen la capacidad de revisar pruebas documentales, extrayendo detalles críticos, o de distinguir información clave. Evidentemente, los litigios arbitrales de algunas problemáticas (por ejemplo, los concernientes a temas de infraestructura) poseen expedientes de enorme extensión, lo que hace que poder contar por parte de los árbitros con este tipo de herramientas facilite enormemente su gestión de evaluación. Por ponerlo en una práctica común, la IA puede analizar grandes conjuntos de datos volcados documentalmente para identificar patrones, a la postre relevantes en la toma de las decisiones arbitrales. También, puede ayudar en el análisis de grandes volúmenes de evidencias, como declaraciones testimoniales, imágenes, videos y registros de correos electrónicos, con el fin de identificar conexiones. Destaquemos en ese entorno, aplicaciones como, ChatDOC, herramienta diseñada para mejorar la velocidad de análisis documental a partir de la extracción de archivos; Sharly, que permite obtener resúmenes precisos de contenido, y Humata, que acelera la comprensión de documentos complejos.

Desde otra perspectiva, encontramos un segundo grupo de aplicaciones útiles para coadyuvar la tarea arbitral. Nos referimos a aquellas que permiten la automatización de estos trámites. Tales herramientas simplifican tareas repetitivas en el ámbito arbitral y, en consecuencia, permiten que los árbitros puedan concentrarse en los aspectos más estratégicos de su trabajo. Por ende, la automatización se refiere al uso de sistemas para realizar o planear tareas y procesos de manera coordinada, sin requerir seguimiento humano. Desde luego, es pertinente la diferenciación entre la llamada “automatización simple” y la IA. Esta última es un desarrollo de la informática que se centra en la puesta en marcha de sistemas capaces de simular el razonamiento humano; mientras que la primera, rudimentariamente entendida, implica la realización de tareas repetitivas por herramientas tecnológicas a fin de realizarlas de manera más eficiente. Pero cuando hablamos aquí de automatización arbitral, ponemos énfasis en la segunda noción, orientada a integrar la IA a la función arbitral con el objetivo de delegar tareas de organización del proceso que normalmente requerirían la intervención humana a estos aplicativos de última tecnología. Ello supone la posibilidad de emplearlas para lograr la clasificación de documentos, la programación de audiencias, la generación de informes arbitrales, o de reportes de seguimiento del caso. Con esto, se cumple igualmente con el precitado objetivo, de liberar tiempo arbitral para las tareas complejas. En el ámbito de esta otra generación de sistemas, encontramos los chatbots y asistentes virtuales, que pueden absolver preguntas, y suministrar información en tiempo real e inmediata a los interesados, en torno a la organización del arbitraje, o acerca de las etapas del proceso o de su programación.

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