Cuatro bancos se quebraron en menos de una semana: ¿nueva crisis financiera global?
Jorge Arango Velasco
Profesional en Finanzas de la Universidad Externado de Colombia
Magíster en Finanzas de la Universidad de Murcia
En marzo, la noticia de la quiebra en seguidilla de tres bancos en EE UU (Signature Bank, Silicon Valley Bank y Silvergate Bank), sumado a la inmediata quiebra del banco suizo Credit Suisse, levantó las alertas en todos los mercados del mundo, ya que trajo a la memoria los oscuros episodios del pasado que nos recordaban la horrible crisis financiera del año 2008, con el desplome de la Banca de Inversión Lehman Brothers, fruto de una crisis inmobiliaria sin precedentes.
Sea importante recordar que no solamente EE UU ha sido escenario de quiebras financieras ocasionadas por los bancos. En Colombia, en 1923, el Banco López quebró, trayendo al país la necesidad inmediata, liderada por la misión Kemmerer, de instituir un Banco Central (actual Banco de la República) para evitar un desplome total de la economía del país.
Con la quiebra de estos cuatro bancos, es imposible no preguntarse: ¿nos encontramos frente a una crisis financiera? Esta una pregunta que vale la pena no solamente hacerse, sino también responderse, para tener la tranquilidad financiera, mental y emocional de poder continuar haciendo negocios bajo un escenario económico de viabilidad.
Toda crisis financiera tiene su origen en una crisis del sector real, ya que los bancos son meros intermediarios entre los actores del mercado. Así como la crisis de la subprime del sector inmobiliario en el 2008 trajo consecuencias nefastas para la economía, y en especial para Lehman Brothers, hay que preguntarse entonces: ¿cuál es la crisis que está afectando la economía en estos momentos? Y la respuesta es: la volatilidad de las criptomonedas o activos digitales.
En noviembre del 2022, la más famosa plataforma de intercambio de activos digitales, FTX, quebró, generando en los inversionistas y usuarios pérdidas superiores a los 3.100 millones de dólares. Este golpe ocasionó que el principal indicador de esta economía, el bitcóin, terminara de hundirse, pasando de 60.000 a 16.000 dólares, entre noviembre del 2021 y noviembre del 2022.
Esta crisis en los activos digitales inmediatamente contagió a aquellos bancos que se habían especializado en atender a este nuevo tipo de empresarios, inversores y ahorradores: Silvergate Bank y Signature Bank, dos de los principales protagonistas de esta historia.
A raíz de la crisis en la industria de activos digitales, los empresarios e inversionistas del sector procedieron a retirar efectivo para cubrir sus obligaciones. Para obtener esta liquidez, los bancos salieron a vender las inversiones en bonos del tesoro, las cuales, al estar presente un escenario de altas tasas de interés, generaron inmediatamente cuantiosas pérdidas en sus portafolios. Al conocerse esta situación, se presentó un pánico generalizado en los clientes de estos bancos, ocasionando el retiro de fondos de gran número de cuentas a la vez. El pánico, sumado a la crisis de los activos digitales ocasionaron que, el 8 de marzo, el 10 de marzo y el 12 de marzo, se quebraran el Silvergate Bank, el Silicon Valley Bank y el Signature Bank, respectivamente, lo que creó una avalancha de terror que obligó al presidente Biden a dirigirse al mundo garantizando la solidez del sistema financiero americano.
Sin embargo, la tensión acumulada por los mercados le pasó la cuenta al Credit Suisse (15 de marzo), que, desde el año 2021, venía reportando pérdida, tras pérdida, lo que ocasionó que su principal accionista (el Saudi National Bank) dejara de apoyarlo financieramente. Es así como el Banco UBS, el gran competidor del Credit Suisse, ha pasado a absolverlo, convirtiéndose en uno de los bancos más grandes de Europa, con alrededor de 1.500.000 millones de dólares en activos.
A pesar de ello, la economía se mueve al vaivén de la mano invisible de Adam Smith, y mientras escribo este artículo, el bitcóin ha subido a 27.000 dólares, recuperándose de las bajadas reportadas al final del año pasado, y el nuevo UBS (absorbente del Credit Suisse) se beneficia de las políticas de todos los bancos centrales del mundo, que al unísono han colocado a disposición del sector financiero sendas líneas de créditos para su liquidez. Si bien esta no es una historia con final feliz, al menos dejó para el 2023 el nacimiento de uno de los bancos más potentes del mundo y una importante advertencia sobre la volatilidad e inestabilidad de los activos digitales que se llevó de golpe al décimo octavo banco por nivel de activos de EE UU (el Silicon Valley Bank), podemos darnos por bien servidos: esta vez, no fue.
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